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Pagar la cuota del alquiler es cada vez más complicado para miles de vascos. A pesar de los esfuerzos de las instituciones por mitigar la escalada de precios con paquetes de ayudas, programas, promociones e incluso regulaciones, la realidad es que en Euskadi hay más ... de 32.000 familias independizadas que tienen problemas para hacer frente al arrendamiento de forma holgada. Así lo revela el último informe del Observatorio Vasco de la Vivienda, que analiza los datos obtenidos de la encuesta realizada en febrero de 2023 a personas y familias emancipadas pero que están inscritas en Etxebide con la aspiración de conseguir un alquiler protegido que les permita sacrificar menos sus bolsillos.
El documento del Gobierno vasco desvela que el 74,8% de los inquilinos se tiene que enfrentar a «un esfuerzo económico excesivo» para cumplir con el pago. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que tienen que dedicar más del 30% de sus ingresos a abonar la mensualidad, un porcentaje que los expertos en sostenibilidad financiera fijan como tope para que los ciudadanos puedan vivir desahogados. Solo 11.295 familias vascas apuntadas en Etxebide dicen asumir un esfuerzo menor. Pero las cifras son todavía peores si analizamos de forma exclusiva la situación de los residentes que han decidido alquilar un piso en su totalidad y no una habitación individual. En este caso, el 81,9% confiesa destinar más de lo recomendado a un arrendamiento cuya renta mensual media se sitúa en los 680 euros. Mientras, de las 8.164 unidades convivenciales que han apostado por alquilar un dormitorio en un piso compartido, solo el 55,2% dice rebosar el límite marcado por los expertos.
En proporción, Bizkaia asume el mayor número de personas que tienen que apretarse el cinturón para hacer frente a los pagos. En concreto son 17.127 de las 22.273 registradas (76,9%). Le sigue Álava con el 73,3% de los demandantes (5.891) y por último Gipuzkoa, con 9.362 unidades convivenciales afectadas, un 72,1%. Todavía así, las familias más perjudicadas son, como es lógico, aquellas que residen en las capitales de provincia, destacando por encima de todas Bilbao, donde los precios se han disparado. De los 11.814 emancipados y que quieren arrendar un piso de protección oficial, 9.285 dedican más del 30% de sus ingresos al alquiler, casi ocho de cada diez. El porcentaje cae al 74,5% en el caso de San Sebastián y al 73,8% en Vitoria.
El viceconsejero de Vivienda, Pedro Jauregui, aseguró a finales de enero en un foro celebrado en Bilbao que Euskadi estaba sufriendo «un cambio cultural importante» al observar que «la sociedad que tradicionalmente apostaba por la compra ahora lo hace por el alquiler». De hecho, los últimos datos con los que cuenta el Departamento dirigido por el socialista Iñaki Arriola demostraron que de las 90.315 personas apuntadas en Etxebide, 68.892 la querían de alquiler. ¿Y por qué optar por esta opción si supone tanto esfuerzo para las carteras? Porque comprarse una vivienda es todavía más difícil para una gran parte de la población.
Según este informe del área de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, el nivel de ingresos de las familias independizadas e inscritas en régimen de alquiler «es muy reducido». De hecho, explican que las más afectadas no superan los 1.268 euros de sueldo neto medio al mes (15.216 al año en doce pagas), una situación económica que ha obligado al 25% de los encuestados a hacer las maletas y mudarse a un domicilio más barato a pesar de que el Gobierno vasco asegure que, como mínimo, dos de cada tres familias con dificultades reciben subsidios para poder abonar las rentas con una mayor tranquilidad.
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