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DANIEL MARTÍNEZ | MARIÑA ÁLVAREZ
Viernes, 20 de julio 2018, 11:13
Después de diez horas de enfrentamiento armado con la Guardia Civil y otras 19 huido tras haber logrado burlar el cerco policial, Luciano Simón, el hombre que se atrincheró en la noche del martes en su vivienda de Turieno (Camaleño) y la emprendió a tiros con la Guardia Civil, fue detenido ayer. Los cerca de cien efectivos que formaban parte del dispositivo de búsqueda lograron dar con él de madrugada, exactamente a las 00.35 horas. Luciano José Simón, de 58 años y vecino de Liébana, bajó del monte y se encaminó a su casa pensando que allí no quedaba nadie. Agentes agazapados le apresaron en las inmediaciones de la vivienda. Fue trasladado a los calabozos del cuartel de San Vicente de la Barquera, pasó la noche hasta que a las 13.05 horas del jueves salió para prestar declaración en las dependencias de la Guardia Civil, acompañado por un abogado de oficio. Allí también fue sometido a un reconocimiento médico. Dicen que está «muy tranquilo». Se espera que hoy pase a disposición judicial.
Aunque huyó sobre las seis de la madrugada fuertemente armado, fue localizado sin rastro de las escopetas que se había llevado de la casa 18 horas antes, cuando emprendió una fuga que mantuvo en vilo a toda una comarca, bajo las alertas de que un individuo «extremandamente peligroso» andaba suelto. Cayó sin remedio en la trampa que habían diseñado los miembros del Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil con base en La Rioja, que se desplazaron hasta la zona para contribuir en el operativo. Parte de este equipo permenecía escondido en las inmediaciones de la vivienda, seguro de que Luciano estaba cerca, tenía controlada la casa y regresaría más temprano que tarde al lugar en el que la noche anterior había abierto fuego en más de 20 ocasiones contra miembros del instituto armado. Se había fugado con lo puesto. En algún momento necesitaría comer o cambiarse de ropa. Y así fue. Lo vieron bajar por un camino situado entre los montes de La Viorna y Arabedes. Iba «agotado, aturdido», ha manifestado el delegado del Gobierno, Pablo Zuloaga. No opuso ninguna resistencia y apenas intercambió palabras con los guardias civiles. Con el cuerpo curvado, el gesto adormilado y la cabeza gacha, fue introducido casi en volandas en la patrulla que puso fin a su 'épica' evasión.
Fue 'cazado' con gran discreción. De hecho, a la media hora, la tranquilidad en Turieno era total otra vez. Aunque permanecía el cordón policial alrededor de la casa, apenas había rastro del centenar de efectivos de cinco provincias distintas que durante casi 30 horas habían participado en el dispositivo.
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