El traficante que corre maratones

Su perfil delictivo responde al ya conocido concepto de lobo con piel de cordero. El intelectual, educado y respetuoso vecino que oculta con maña un pasado delictivo y, ahora, durante casi un mes, un presunto crimen con descuartizamiento.

Natural de Ibagué (oeste de Colombia), Jorge se asentó en España en plena juventud. También a Europa viajaron su madre, residente en Mallorca, y su abuelo materno. El colombiano ha vivido en los últimos años muy unido a su familia, pero también a los lazos del narcotráfico, como prueban sus repetidos problemas con la justicia. Viajamos una década atrás. Año 2004. Badajoz. En estas fechas, una requisitoria policial pesa sobre Jorge. Ya se le busca por un asunto vinculado a las drogas. Cuatro años después, su relación con los estupefacientes se confirma. En 2008 vivía en Gandia, pero viajó con su abuelo Valerio a la localidad italiana de Brescia y se les relacionó con un alijo de 9 kilos de cocaína interceptado en este país.

Jorge pisó la cárcel, cumplió condena y regresó a España. La Guardia Civil sospecha que habría vuelto a las andadas y trapicheaba de nuevo mientras llevaba una vida discreta a caballo entre las casas de l'Olleria y Manuel, con contratos de alquiler a nombre de su madre para no despertar sospechas. Los vecinos del primer pueblo aún recuerdan los «regalos y buenos modales» de Jorge, que decía ser estudiante de una universidad privada de Valencia.

En abril de este año fue investigado por la Policía Nacional tras la muerte de una prostituta con la que mantuvo relaciones y consumió cocaína de gran pureza, al parecer, en una casa de citas de Valencia. Pero el asunto no llegó a más. Ya en junio, nuevo tropezón con la justicia. Una patrulla de la Guardia Civil lo detectó circulando de manera temeraria y Jorge apretó aún más el acelerador. Acabó arrestado en Paterna por resistencia, desobediencia y un delito contra la seguridad vial.

Pero siguió en la calle. «Era extremadamente educado, tanto que llamaba la atención». A los vecinos de Manuel que trataron con Jorge antes de su huida les sorprendió su carácter «respetuoso» y su «exquisita elegancia con la ropa», un punto acentuado «por sus gafas y barba de pocos días bien cuidada». «Lo siento muchísimo, señora. Esto no volverá a suceder», dijo tras deslizarse su coche mal frenado en una cuesta y golpear a otro.

El puzzle personal del sospechoso se cierra con una combinación de culto a cuerpo y mente. Muy deportista, completó la maratón de Valencia en 2017. Es aficionado a la comida sana, las citas sexuales, la ropa de marca, las motos y los coches. Se le conocen hasta tres vehículos, dos de ellos de alta gama. Lo califican como ordenado y calculador «al máximo», amante de la filosofía y la música clásica.