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El próximo 8 de abril se producirá uno de los eclipses solares totales más largos de las últimas décadas. El fenómeno en el que la luna ocultará por completo el sol solo será visible en Canadá, México y Estados Unidos, aunque se podrán contemplar diferentes grados de eclipses parciales en una porción del mapa mucho mayor que incluye de forma ligera Galicia y las islas Canarias.
La franja por donde pasará la sombra de totalidad del eclipse se iniciará a mitad del Océano Pacífico. Entrará a México por Sinaloa y saldrá por Coahuila. A Estados Unidos lo hará por Texas y cruzará hacia el noreste para salir por Maine. Mientras que en Canadá la totalidad irá de Toronto a Terranova. En estas zonas, particularmente en Estados Unidos, se ha desatado la locura por el eclipse. Se organizan viajes desde todo el país para verlo, se ofertan vuelos especiales para contemplarlo desde el aire y, también, los apocalípticos acumulan víveres y agua como si lo que llegara fuera el fin del mundo.
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— NASA (@NASA) March 20, 2024
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El fenómeno, en todo caso, es extraño, pero no tanto. Hace un año, un eclipse total se pudo contemplar en el sudeste asiático. Y las zonas del continente americano que pueden verlo esta vez volverán a tener el privilegio de hacerlo en 20 años, según los cálculos astronómicos. Eso sí, debido al movimiento natural de nuestro satélite, que se aleja de forma lenta pero continua de la Tierra -a razón de unos cuatro centrímetros por año-, los eclipses serán más raros de ver en el futuro; y, a la larga, imposibles. En 600 millones de años la Luna, más alejada, será incapaz de cubrir el sol en su totalidad y los eclipses totales dejarán de existir.
En abril, la contemplación del fenómeno irá acompañada de trabajos de investigación de la Nasa y de la Agencia Espacial Europea. Pero también de reclamos turísticos que incluyen viajes para ver el eclipse desde un avión a cientos de festivales a lo largo de su recorrido.
A continuación presentamos algunas de las claves de este evento.
Este es el nombre que recibe el recorrido sobre la tierra de la sombra de la Luna, al interponerse por completo entre la tierra y el sol. El camino de los eclipses siempre va de oeste a este, por lo que en el que se producirá en abril, la sombra se desplazará desde México hasta Canadá, pasando por Estados Unidos. Las ciudades más importantes desde la que será visible serán Mazatlán y Durango en México; San Antonio, Austin, Dallas e Indianápolis, en EEUU y Hamilton y Montreal, en Canadá.
Este eclipse tiene dos características especiales. La primera es que la Luna estará más cerca de la Tierra, al encontrarse en su perigeo. Por ello, parece un 5,5% más grande de lo habitual y su sombra se expandirá mucho más. Pero además, el campo magnético del Sol se encuentra en una de sus fases de mayor actividad, debido a la inversión de los polos, un fenómeno que se produce cada once años.
En esas condiciones, se espera que la anchura del camino de la totalidad sea de 196 kilómetros, una de las más anchas registradas en los últimos eclipses.
La corona es el halo que rodea al Sol durante un eclipse y se espera que en esta ocasión muestre una actividad inusual, dado a que el campo electromagnético alrededor de la esfera solar se encuentra en una fase de máxima actividad. Según las previsiones de la Nasa, es posible que incluso en esta ocasión se puedan apreciar erupciones solares.
La corona es una zona mucho más caliente que la corteza del Sol y alcanza una temperatura de tres millones de grados. Solo es visible durante los eclipses, ya que durante las fases normales la luminosidad de la esfera la oculta.
En la fase de totalidad del eclipse, en la corona se pueden ver una serie de protuberancias denominadas las perlas de Baily. Estos puntos brillantes alrededor de la luna se forman cuando la luz atraviesa las montañas y los cráteres de la superficie lunar. Fueron descubiertas en 1836 por Francis Baily, un economista que tras hacerse millonario se retiró para dedicarse a su verdadera pasión, la astronomía.
El estallido de luz alrededor de la luna y esas protuberancias que se manifiestan también se denominan el anillo de diamantes y es un fenómeno difícil de observar a simple vista.
El eclipse de sol más largo de la historia se produjo el 20 de junio de 1955 y dejó sin luz a Groenlandia y el norte de Canadá durante 7 minutos y 31 segundos. En el caso del previsto para el 8 de abril, la duración estimada es de cinco minutos. Ese tiempo es suficiente para que, según las previsiones, se produzca un descenso de cinco grados en la temperatura de las zonas afectadas.
Para aprovechar ese escaso tiempo de ocultación, la Nasa y la Agencia Espacial Europea disponen de dos sondas solares para estudiar los efectos del eclipse en la ionosfera.
En Estados Unidos, el eclipse se está convirtiendo en un fenómeno turístico y se espera que miles de personas se acerquen a los condados que se encuentran dentro del camino de la totalidad. En algunos lugares como Rochester se han puesto en marcha festivales especiales sobre el eclipse que durarán tres días. En las cataratas del Niágara, los museos de la zona han llegado a un acuerdo con la Nasa para llevar a cabo eventos pedagógicos sobre el fenómeno.
En lugares como Dallas, donde se espera que el eclipse se vea en todos su esplendor, las lista de actos es interminable e incluye, por ejemplo, ver el fenómeno desde el ático de un hotel en el que luego se celebrarán sesiones de meditación.
Pero el eclipse también podrá verse desde el espacio. La aerolínea Delta ya ofrece dos vuelos exclusivos desde Texas para poder ver el fenómeno a 30.000 pies de altura.
El eclipse ha hecho que todos los chalados de la red hayan reabierto todo tipo de debates conspiracionistas y apocalípticos. Quienes están adquiriendo un protagonismo especial son los terraplanistas. La explicación científica del eclipse -las órbitas que trazan los planetas en el espacio- arruina sus ensoñaciones así que muchos de ellos están hiperactivos para intentar demostrar que todo es mentira.
Uno de los más activos es Alex Jones, responsable del canal Infowars. Este ultraderechista ya fue condenado en 2022 a pagar 965 millones de dólares a las familias de la víctimas de la matanza de Sandy Hook, el asesinato de 26 estudiantes en una escuela por un tirador solitario. Jones aseguró que la masacre no se había producido y que todo era un montaje para limitar el uso de armas.
Ahora ha asegurado que el eclipse encierra un mensaje divino que los servicios de seguridad federales se disponen a secuestrar, aunque no ha explicado cómo ni con qué objetivo. Otros conspiranoicos han vinculado el eclipse con un supuesto terremoto que se podría producir en la denominada falla de Nuevo Madrid, una zona sísmica situada en el estado sureño de Misuri.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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