El tiempo, hoy 15 de marzo | La calima llega a Euskadi y cubre de arena del Sáhara calles y carreteras

Bizkaia ha amanecido este martes con un cielo con tonos más anaranjados de lo normal con motivo de un empeoramiento de la calidad del aire por la arena procedente del desierto del Sahara. La calima, un fenómenos meteorológico, muy poco frecuente en el Cantábrico, ha cubierto de arena aceras, carreteras y coches. Está previsto que se prolongue hasta que cambie la dirección del viento, ya el miércoles por la tarde.

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¿Cuándo desaparecerá la calima en Euskadi?

La calima se caracteriza por la presencia de partículas sólidas que se encuentran en suspensión. A pesar de ser muy pequeñas, estas son lo suficientemente numerosas para dar un aspecto de opacidad al aire, lo que provoca que el cielo adquiera un aspecto de ambiente turbio.

¿Por qué es de color anaranjado? Estas partículas están conformadas por polvo, arena e incluso cenizas o arcilla. En realidad hay dos tipos de calima, la conocida como 'natural' o la originada por 'eventos especiales'. En el caso de la primera, como la que hoy ha traído la arena a Euskadi, las partículas que la forman suelen proceder de la arena del desierto del Sáhara, también conocido como el 'polvo en suspensión'. El segundo tipo de calima, está propiciada por la contaminación o los efectos forestales.

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En el Mediterráneo es donde más afecta este fenómeno meteorológico. Los habitantes de Murcia, Alicante y Almería se han visto sorprendidos este lunes por un cielo de un intenso color naranja. En Euskadi, este color apenas es perceptible, aunque la arena también llena los suelos de calles y carreteras.

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El Departamento de Seguridad del Gobierno vasco también ha activado para hoy el aviso amarillo ante la previsión de que se produzcan fuertes rachas de viento que podrían superar los 100 km/h en zonas expuestas.

El viento soplará moderado de componente este, con predominio del sureste en el interior y con rachas muy fuertes, especialmente en el este de la Llanada Alavesa. Por la noche, se espera que las rachas de viento superen los 100 km/h, sobre todo, en áreas de montaña de Álava, mientras que en la zonas altas de Bizkaia y Gipuzkoa las rachas bajarían a los 80 km/h. En el litoral, rondarán entre los 80 y los 100 km/h.

Por otro lado, para hoy 15 de marzo las temperaturas subirán de forma acusada en Euskadi y superarán los 20 ºC en muchos puntos de la mitad norte. Además, el día será más tranquilo; no se esperan precipitaciones y se abrirán grandes claros, con predominio de las nubes altas y medias.

La subida de un metro del nivel del mar prevista para el año 2100 encogerá el territorio porque hará desaparecer playas y zonas costeras, y anegará también suelos ahora urbanos; las lluvias torrenciales provocarán más riadas y más violentas; habrá un aumento de la temperatura media de hasta cinco grados y las olas de calor multiplicarán por siete las jornadas tórridas.

«Este es el escenario más pesimista», acotan en la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno vasco, Ihobe. Pero es el escenario en el que hay que ponerse, porque desde que hay proyecciones sobre el cambio climático en cada revisión por parte del panel de expertos de Naciones Unidas (IPCC), no es que se haya cumplido el peor escenario, es que se ha superado para mal.

¿Cómo es que seguimos caminando hacia el abismo tan tranquilamente? Varios expertos alertan sobre lo que está en juego aquí mismo, en Euskadi, en casa, si no cambia de forma radical nuestra manera de vivir.

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«El nivel del mar ya ha subido en la costa vasca 20 centímetros en el último siglo». Ahora, el ritmo «se acelera». «Las zonas más vulnerables son las playas estrechas que terminan en acantilados o zonas urbanas», avisa Mari Mar Alonso, directora de Acción Climática de Ihobe. La de Ereaga casi quedaría anegada, igual que la de Laida, y muchos arenales perderían el 40% de su superficie. Las localidades costeras también sufrirán porque los puertos se pueden quedar pequeños para un mar más alto y, quizás, con más episodios violentos. «Es importante el refuerzo de infraestructuras portuarias, como lo que se ha hecho en Bermeo».

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Hay entornos urbanos especialmente frágiles, como la ría de Bilbao. Con la subida del nivel del mar se une el riesgo de riadas. «Se prevén menos precipitaciones, pero más intensas». Ya se sabe lo que ocurrió en 1983, cuando llovió mucho en marea alta. Incluso sin tormentas, los modelos de Ihobe para el año 2100 apuntan a que zonas como la del Museo Marítimo, Erandio o Las Arenas quedarían anegadas, por lo que habrá que llevar a cabo obras de protección.

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También habrá olas de calor. En estos momentos, tanto en Bizkaia como en Álava hay en torno a dos días al año con más de 35 grados. Dentro de ocho décadas, serán 11 en Bizkaia y 18 en Álava. Esto, junto a la falta de lluvias, provocará un «estrés hídrico». Sequías. Nos iríamos hacia una «mediterranización». También habrá «heladas a destiempo, estaciones que se mezclan...» Un mazazo para la agricultura, especialmente grave en los viñedos alaveses.

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Lo que hay, sobre todo, es incertidumbre. Todos los pronósticos se basan en modelos que tienen unas décadas, tiempo que a efectos climáticos es mínimo. Pero la tendencia está clara. Y Margarita Martín, delegada de Aemet en el País Vasco, apunta otro elemento para la reflexión: la corriente del Golfo, reguladora de la temperatura del planeta que baja de Groenlandia lamiendo el golfo de Bizkaia, parece que se está «ralentizando» por el deshielo del Polo. Nadie sabe qué efectos podría tener.

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