Decenas de vascos, hasta tres días atrapados en el aeropuerto para salir de Mallorca

La borrasca 'Betty' también sumió en el caos anteayer el aeropuerto mallorquín de Son San Joan. La terminal más grande de Baleares vivía uno de las jornadas con más operaciones del año, y acabó convertida en una auténtica ratonera para miles de personas debido a la masiva cancelación de vuelos. Más de 300 fueron desviados o no pudieron despegar a lo largo de la jornada debido a las complicadas condiciones meteorológicas. Entre las segundas se encuentran dos aeronaves de la compañía Vueling que tenían como destino Loiu en una fecha con claro aroma a final de vacaciones.

Portavoces de la compañía aérea consultados por este periódico no concretaron este lunes el número exacto de personas con destino Bilbao que se quedaron en tierra. Fueron, con total seguridad, al menos un centenar a las que Vueling debe reubicar. La alta ocupación en plena operación regreso, y las demoras que registraba aún este lunes Son San Joan, dificultan la vuelta de los afectados, a los que se les ha advertido de que podrían tardar hasta tres días en llegar a casa, con todo lo que eso suponga para quien debía volver a su puesto de trabajo de forma inmediata. Un periodo de espera en Palma «en el que estarán atendidos y sus gastos los asumirá Vueling», aseguraron desde la aerolínea.

La oleada de cancelaciones convirtió durante el domingo y las primeras horas del lunes el aeropuerto mallorquín en un improvisado 'hotel' para miles de personas que pasaron la noche prácticamente en vela a la espera de novedades. Es el caso de Arantza Mentxaka y su marido, ambos vecinos de Algorta. «Los primeros momentos fueron un caos», recordaba este lunes la mujer en declaraciones a EiTB. Junto a otra familia de Bilbao que han conocido en la terminal -«para no estar solos»- han optado por alquilar un hotel durante dos noches a la espera de que Vueling les encuentre acomodo. Ellos no tienen urgencia por retornar al puesto de trabajo, pero «hay gente desesperada», lamentaba Mentxaka.

El matrimonio de Algorta considera «comprensible» que los aviones no volaran el domingo, pero la lista de quejas es interminable en las oficinas de atención al público de las diferentes aerolíneas que operan en Baleares.

La queja del bilbaíno Óscar Pérez y su pareja Meli Gracia es justamente la contraria: haber volado en pleno temporal. Lo hicieron el sábado por la tarde en un avión de Air Europa desde Ibiza a Bilbao. «Ha sido la peor experiencia de mi vida, creo que voy a tardar mucho en volver a montarme en un avión porque le he cogido pánico», resumía este lunes Pérez. «Me pasé medio vuelo con los ojos cerrados, estuve a punto de mandar un mensaje a mis padres y mi hijo para despedirme».

La aeronave, evoca el bilbaíno, sufrió constantes «bandazos, pérdida de presión y descensos y ascensos bruscos» durante la hora larga del viaje, y llegó a inclinarse casi 90 grados. «Estuvimos a merced del viento, el aplauso que se llevó la piloto al aterrizar es inenarrable». Cuestionado sobre si hubiera preferido esperar para volar otro día es tajante. «Hubiera pagado de mi bolsillo, hubiera esperado uno, dos días.... los que hicieran falta para no pasar ese mal trago».