Las sujeciones, solo con autorización del propio afectado o su familia

El nuevo articulado recoge que, para poder realizar estas prácticas, la historia clínica debe contemplar el fracaso previo de otras medidas terapéuticas alternativas y debe contar con prescripción facultativa, que deberá emitirse bajo un protocolo específico.

Este protocolo tiene que establecer el tipo de sujeción, la duración, el procedimiento... y tiene que contar con el «consentimiento expreso» del usuario o de sus familiares, lo que en la práctica es una barrera más para su uso. «Una sujeción o contención prolongada equivale, en circunstancias diferentes a los principios señalados, a malos tratos», recuerda el texto, por lo que insiste en que «quedan totalmente proscritos cuando se utilizan con fines disciplinarios o por conveniencia en la gestión de la atención».

Los centros también deberán contar con un plan y un «mecanismo de coordinación efectiva» con Osakidetza que garantice «el acceso a los cuidados paliativos» . Asimismo, se ofrecerá formación en esta materia.