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Desde que fue detenido el 20 de julio de 2019, G.G.C., de 37 años, no había dicho ni una palabra. No fue hasta el primer día del juicio, el pasado lunes 24, cuando decidió declarar. Confesó los hechos, si bien dijo no recordarlos ... por estar bajo los efectos de las drogas, y aseguró estar arrepentido. Ayer, al finalizar el juicio, el tribunal le dio la última palabra. Y esta vez aprovechó para disculparse. «Pido perdón, estoy arrepentido», aseguró el hombre, de nacionalidad rumana, que se enfrenta a 24 años de cárcel por violar a una joven de 19 años en Beasain tras dormirla con cloroformo.
Su defensa, sin embargo, pidió ayer su libre absolución por un posible defecto de forma en los escritos de acusación. A su juicio, no se cita que hubo «acceso carnal, que le privó de libertad, ni se explica en qué circunstancias. Si en el relato de hechos no se hace una atribución de los delitos no se puede dictar una sentencia sin hechos que no han sido relatados». Por su parte, las letradas de las acusaciones particular y popular aseguraron que «los escritos están claros» y que en ellos «se establecen los delitos». En caso de que se le considere culpable, la defensa solicita una pena máxima de 3 años de prisión por un delito de agresión sexual con atenuantes, al entender que se trata de una «violación menos traumática que la estándar» por estar la víctima sedada.
Durante las siete sesiones del juicio el encausado se ha mantenido cabizbajo, casi inmóvil, con las manos entrelazadas sobre la mesa y cubriendo su cabeza con la capucha de su abrigo o con una gorra. Solo alteró esa postura durante la declaración del hermano de la víctima, un hombre que trabajó para él y al que increpó en dos ocasiones, siendo llamado al orden por la magistrada presidenta de la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa. La misma que ayer, al final de la sesión, le dio la última palabra: «Pido perdón, y estoy arrepentido, y todo lo que haya que indemnizar..., hasta el ultimo céntimo». Y tras una pausa dijo: «porque no debería pasar por esto, que no lo pase nadie», en referencia a la víctima.
Es la segunda vez que el acusado se pronuncia desde que fue detenido, una semana después de la violación. La primera fue durante el juicio, cuando confesó los hechos, pero aseguró que aquel día había consumido alcohol y drogas, por lo que no recordaba nada. «Por todas las pruebas no puedo decir que no he abusado de ella», dijo.
Ayer su defensa realizó su informe final, y tras pedir la absolución del acusado aseguró que «entre las acusaciones y la prensa se ha creado la imagen del villano perfecto, un hombre vestido de negro, un ninja que mide 1,90. Pero es una persona de 1,75 de complexión normal». Según explicó el letrado, «el ataque sufrido por la víctima fue repugnante y violento», aunque considera que al usar cloroformo la víctima no fue consciente de lo ocurrido, y que por tanto «es menos traumático que si se hubiera realizado con ella despierta».
G.G.C. aún tiene otras cinco causas pendientes por delitos sexuales. El próximo día 14 volverá a sentarse como acusado en la Audiencia de Gipuzkoa por otra violación, en este caso la cometida en Lasarte en el año 2015.
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