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Los testimonios de los que sobrevivieron a la DANA: las seis horas bajo el agua de Hilario, las cuerdas para salvar a Emi o el «sálvate tú», de Samuel

Los testimonios de los que sobrevivieron a la DANA: las seis horas bajo el agua de Hilario, las cuerdas para salvar a Emi o el «sálvate tú», de Samuel

Los relatos de las personas que soportaron las riadas hablan de miedo, sorpresa, pérdidas y mucha solidaridad

Helena Rodríguez

Lunes, 4 de noviembre 2024, 17:19

Los testimonios de las personas que han sobrevivido a la DANA que el pasado martes se cebó con Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía siguen llegando. Vivencias que estremecen y evidencian lo soportado por los ciudadanos de las localidades más afectadas. El miedo, la incredulidad pero sobretodo la solidaridad de quienes ayudaron en los peores momentos de un temporal cuyas consecuencias aún están por confirmarse.

Hilario: «Pasé por un grado de hipotermia, me estaba durmiendo, me oriné encima...»

Cuando circulaba por la AP7, Hilario y otros muchos conductores fueron enviados «por la Policía Local» a la Pista de Silla. Y allí enseguida se vio sobrepasado por la riada. En su relato en el programa de La Roca, de LaSexta, ha confirmado que estuvo más de seis horas bajo el agua, agarrado al guardarrail. Finalmente, al bajar el nivel de la riada, logró ponerse en pie. «Tuve mucha suerte. Había pasado por un grado de hipotermia, me estaba durmiendo, de estar orinándome encima... Todo, dentro del agua», ha contado.

Domingo y Samuel, padre e hijo atrapados en coche y con el agua hasta la cintura

A las 18.00 horas del martes, Domingo y Samuel ya estaban atrapados en la A7, a la altura de Torrent. Quedaban casi tres horas para que sonase en sus móviles la alarma enviada por el Gobierno valenciano. Las calzadas se convirtieron en un río y pronto los coches empezaron a flotar... algunos en dirección al barranco, al que varios cayeron. Sin poder salir, ese era su destino hasta que camión se atravesó en su trayectoria y les bloqueó. El problema es que su coche terminó encajado encima de otro pero con la parte delantera más baja, es decir, que ellos se quedaron en la parte más hundida del turismo.

La llegada de dos chicos que rompieron las ventanillas parecía ser su salvación, pero Samuel, con sobrepeso, no se veía capaz de salir del vehículo. Según han relatado algunos de sus familiares a distintos medios, en ese momento lanzó un grito desesperado a su padre: «Sálvate tú porque yo no podré salir». Pero salió, y juntos, agarrándose a las ventanillas de los coches, consiguieron llegar al otro lado de la mediana, donde no había llegado el torrente de agua.

Una cadena de cuerdas para salvar a Emi...¿Y Miguel?

Los vecinos de un bloque de La Torre, una de las pedanías de Valencia más afectadas, recibieron lo que muchos califican como auténtico tsunami. Para cuando les alcanzó, en el edificio ya se habían refugidado afectados llegados desde Catarroja. En medio del caos, una de las residentes escuchó los gritos de una mujer. Al asomarse vio a Emi, su vecina de 80 años, que había salido de su casa al ver que se le inundaba. La riada la arrastraba.

Los residentes se movilizaron y empalmando cuerdas hicieron una soga por la que se descolgó un joven, que in extremis logró cogerla y subirla como pudo por la fachada. Pero la tensión aumentó al enterarse de que el marido de Emi, Miguel, se había quedado encerrado dentro de la vivienda. Todos le dieron por muerto e incluso planearon formas de informar del fatal desenlace a la mujer. Cuatro horas después, los bomberos accedieron a la casa y encontraron a Miguel vivo. Había aguantado enganchado a un sofá. «Pensaba que había fallecido de hipotermia, el agua estaba congelada y ellos son personas mayores, con sus tratamientos y sus achaques. Fue una tortura. La angustia de saber que tienes que hacer algo y no les puedes dejar morir. Con diferencia, la peor noche de nuestras vidas», ha admitido la mujer que dio la voz de alarma.

Carmina, de prestado en TVE

El programa 'Mañaneros' contaba este lunes con el testimonio de Carmina, una vecina de Letur. Estaba en el plató para contar cómo vivió la riada que arrasó la localidad albaceteña. De la normalidad de estar en la calle para recoger un paquete, pasó a escuchar «unos truenos muy raros porque no había pausa entre uno y otro» y de ahi a pensar que el ruido de agua que escuchaba de camino a su casa era por una cañería rota. No era así, el sonido era el inicio de la riada llegando al barranco. Luego, el caos. Su casa ha quedado destrozada y ella, sin nada. Hasta tal punto que ha confesado en el programa que hasta el traje que vestía en ese momento se lo habían prestado en el vestidor de TVE. «No, no, ahora es tuyo», la animaba la presentadora Adela González.

Los muchachos que organizaron el salvamento de 63 personas en el tejado de una gasolinera

A 19.00 horas del martes, en Alfafar no llovía. En el polígono de la localidad, ubicado junto a la V-31, todo transcurría con normalidad hasta que algunos empezaron a contar que desde Massanassa les llegaban noticias de inundaciones. Mari Carmen, empleada de una tienda, ha contado en distintos medios, que en ese momento decidieron cerrar e irse a casa. Junto con un compañero de trabajo cogió el coche y entraron en la Pista de Silla. Enseguida se encontraron con el colapso. Antes de que no hubiera vuelta atrás, «por una intuición», se fue a una gasolinera cercana. «Fuimos de los primeros en llegar. Estaba todo seco pero en cuestión de cinco minutos empezó a llegar el agua, a subir de nivel y en pocos minutos el agua nos llegaba ya a la ventanilla». Recuerda que la riada llegaba en oleadas y que enseguida empezó a cundir el pánico. Se subieron al techo del coche y desde allí vieron a dos chicos que habían alcazado el tejado de la gasolinera, gritaban a la gente que se acercara y les lanzaban cuerdas para subir.

Mari Carmen y su compañero se aproximaron como pudieron. Como ellos, más gente acudió al llamamiento de los jóvenes. Poco a poco los dos rescatadores fueron «subiendo, a pulso, a los críos que ataban a las cuerdas lo de abajo». Luego con la ayuda de la escalera que lograron arrastrar otros desde un tráiler, el resto del grupo pudo ascender en medio de la avenida de agua. En total, 63 almas, entre ellas 7 menores y un hombre mayor, que se colocaron como pudieron en la estructura. Allí estaban cuando, a las 20:11 horas, recibieron en los móviles el mensaje de las autoridades pidiendo que la población no saliera a las carreteras. Con el alma en un puño, ateridos de frío y angustia vieron cómo el caudal se llevaba a coches y personas, escucharon los gritos de auxilio a los que no pudieron socorrer y rezaron para que la lluvia que, a ratos caía con fuerza, no echara abajo el techo de la gasolinera. «A las cinco o seis de la mañana, llegó la Guardia Civil. Nos bajaron y en fila india cruzamos el barro, que nos llegaba a las rodillas». Una hora después llegaron a Ikea, donde les dieron ropa seca y algo de comida.

Ella no deja de pensar en los chicos que les ayudaron, que nada más llegar a la tienda «se quitaron la poca ropa que llevaban, se pusieron una camiseta larga amarilla de la marca, comieron unas galletas y volvieron al exterior. Me hubiera gustado poder hablar más tiempo con ellos, tener algún dato, pero estábamos todos agotados», ha admitido antes de apuntar que solo recuerda que uno era un chico marroquí. «Estamos aquí porque ellos nos salvaron la vida. Sin pensarlo organizaron el rescate y nos mantuvieron a salvo».

Noel, de quedarse sin casa a la solidaridad de una vecina

Hasta el martes, Noel vivía con su mujer, embarazada, y su hija de dos años en Alfafar. El brutal torrente de agua destrozó su casa, que ha quedado inhabitable. Mientras ellas se han trasladado al domicilio de unos familiares porque en su vivienda las condiciones «son una porquería», él ayuda limpiando las calles de su localidad. Allí lo han pillado las cámaras de TVE, ante las que el hombre se ha roto superando por la emoción. Ha sido esa imagen la que ha llevado a Mónica, una mujer de la cercana Ribarroja, a ponerse en contacto con él para darles cobijo. «Me ha ofrecido una casa en la que están sus padres, porque parte de ese pueblo está bien y tiene comercios abiertos. Un lugar donde vivir y donde pueda crecer mi pequeñaja. Muchas gracias, Mónica, eres increíble. Sois increíbles todos los que os habéis desplazado para ayudar. No hay palabras para describir lo que esto significa», ha contado con la voz rota en los micrófonos de la televisión pública.

Algo parecido le ha ocurrido a una joven madre de Paiporta que ha contado en el programa de Ana Rosa Quintana cómo ella y su bebé, de escasos 40 días, se habían quedado sin casa. Una espectadora de Alicante le ha ofrecido la suya para poner a salvo a la criatura y a la madre, aún recuperándose de una cesárea. «Puede estar aquí un mes, dos meses o tres, los que necesite. Tenemos un centro médico cerca y autobuses que van a Valencia por si lo necesita. Incluso, tengo una cuna porque mi hijo ya es mayor», ha añadido la alicantina en una entrevista con la web de Informativos Telecinco.

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