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Seis detenidos por apedrear a los funcionarios de Vigilancia Aduanera que intentaban abortar un alijo de tabaco

Los agentes, que sufrieron fracturas en el rostro, han reconocido en fotos a varios de los implicados

Juan Cano

Málaga

Miércoles, 22 de marzo 2023, 14:20

La lluvia de piedras duró seis minutos. En ese lapso de tiempo, dos funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) fueron literalmente lapidados cuando intentaban abortar un alijo de tabaco en aguas del Campo de Gibraltar. Un mes después, la Policía Nacional ha detenido a ... seis personas por su presunta implicación en la agresión, que dejó heridos graves a ambos agentes.

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La investigación, que ha sido bautizada con el nombre de 'Revenge' (revancha, en español), considera a los detenidos como los principales responsables de los hechos, que tuvieron lugar en una playa de Gibraltar el pasado mes de febrero. Se les atribuyen delitos de atentado grave a agente de la autoridad, lesiones y contrabando de tabaco, según ha informado la Policía Nacional.

La denuncia por estos hechos fue presentada en la Comisaría de La Línea de la Concepción por los responsables de la Agencia Tributaria. Una vez recuperados de las lesiones, los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera prestaron declaración en dependencias policiales.Sus testimonios, unidos a los reconocimientos fotográficos y a las gestiones de investigación realizadas por los agentes del Grupo de Delincuencia Urbana de la policía, han culminado con la identificación y detención de seis ciudadanos españoles. La investigación, no obstante, continúa abierta para localizar y detener a más implicados, que actualmente se encuentran en busca y captura.

Además de por su gravedad, los hechos tuvieron una enorme repercusión porque fueron grabados con un teléfono móvil. El vídeo se hizo viral. De hecho, el que filmó la agresión era uno de los treinta miembros de la colla a los que acababan de sorprender alijando.

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Los funcionarios habían avistado una embarcación que iba a gran velocidad procedente del Peñón y navegando por el rebalaje, en paralelo a la playa de la Atunara, el lugar favorito de los traficantes de 'rubio' para desembarcar las cajetillas. En un principio, los traficantes aceptaron que habían perdido en este habitual 'juego del gato y el ratón', abandonaron en la arena la lancha y se refugiaron en Gibraltar.

El patrullero y el auxiliar del SVA se apresuraron a cargar las cajetillas en su lancha para salir rápidamente de la zona, sabedores de que estaban solos en la boca del lobo. Pero tuvieron mala suerte. El motor falló y con las olas la neumática de Hacienda encalló en la playa. No lograron salir del rompeolas y fue entonces cuando la colla se envalentonó y vio que podía recuperar el cargamento que daban por perdido.

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En ese momento empezó la tormenta. Decenas de piedras de gran tamaño cayeron sobre los patrulleros. A uno de los aduaneros una pedrada le rompió la nariz. El otro salió peor parado: fracturas de tabique nasal, pómulo y arco alrededor del globo ocular.

Los agentes, empapados en las aguas gélidas de febrero, dispararon al aire sus armas reglamentarias para tratar de alejarles. Finalmente, los traficantes se hicieron con el alijo que les habían interceptado mientras los funcionarios malheridos pedían ayuda a sus propios agresores ante la gravedad de sus heridas. «¿Ahora quieres ayuda, soplapollas? ¡Me cago en tus muertos, chivato!», es la respuesta de los traficantes de tabaco a la petición desesperada de socorro de los dos funcionarios.

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