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CARLOS MORÁN
Jueves, 11 de agosto 2022, 09:51
«¡Si no los sacáis ya os matamos!», gritaba la turba enardecida a los miembros de los equipos de rescate que estaban intentado extraer de un barranco a dos jóvenes que habían resultado malheridos tras sufrir un accidente de tráfico en la localidad de Loja.
Ocurrió el pasado 3 de agosto, y los acosadores, varias decenas de personas según testigos presenciales, eran en su mayoría familiares y amigos de las víctimas del siniestro, y, con su abracadabrante conducta, pretendían espolear a los integrantes del operativo de salvamento –compuesto por los Bomberos de Loja, servicios sanitarios de emergencia, Policía Local y Guardia Civil–. Se conoce que pensaban que los rescatadores actuaban despacio, una opinión que no se sustentaba en ningún conocimiento técnico. No obstante, el dislate se convirtió en la bandera de los alborotadores.
Lo cierto es que, tal y comentaron al periódico Ideal algunos miembros del dispositivo de salvamento, lo único que consiguieron los agitadores fue dificultar la labor de los equipos de rescate, que era muy delicada porque el coche en el que viajaban los heridos se había precipitado desde lo alto de un mirador, una caída de varios metros que dejó al vehículo para el desguace. En este sentido, los únicos tres bomberos de Loja que estaban de guardia tuvieron que llevar tres camiones distintos al lugar de los hechos para poder sacar del aprieto a los accidentados, que habían sufrido lesiones de consideración.
En este tipo de siniestros, los rescatadores deben moverse con total precisión para impedir que las víctimas sufran más lesiones. No es un juego. Y lo consiguieron pese al hostigamiento de los allegados de los damnificados. «Nos decían de todo. Que nos iban a matar si no íbamos más deprisa. Fue una situación muy tensa. Los salvamentos ya son complicados de por sí, pero en esas condiciones era una pesadilla. Era la primera vez que nos insultaban durante un rescate», relataba uno de los participantes en el despliegue.
Finalmente, los equipos de emergencia extrajeron del barranco a los heridos, que tuvieron que ser trasladados en estado grave a un centro hospitalario de la capital. No hubo denuncias, pero el malestar de los rescatadores era muy elevado, aunque también manifestaron que saben que cuentan con el apoyo de la mayoría de los vecinos de Loja y que lo sucedido fue un hecho aislado.
Con todo, se quejaron de la falta de medios humanos, especialmente en el Parque de Bomberos, una antigua reivindicación que los afectados entienden que se arreglaría con su absorción por la Diputación Provincial de Granada.
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