![Reconstrucción de un crimen atroz](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202101/23/media/reconstruccion-crimen-atroz.jpg)
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El de Aintzane Pujana es el crimen más terrible que se ha cometido en Gipuzkoa en los últimos años. Los dos acusados del homicidio, un varón de 24 años y una mujer de 23, la mataron presuntamente la madrugada del 2 de enero en su ... vivienda en Aizarnazabal y después abandonaron el cadáver junto al río. Dos días después el cuerpo sin vida de la mujer, que presentaba signos de violencia, fue hallado por unos operarios. La investigación comenzó por el entorno más cercano de la joven, los detenidos que vivían con ella desde principios de diciembre. Con frialdad, estos se mostraron colaboradores con la Ertzaintza, que fue estrechando el cerco sobre ellos a través de las numerosas pistas que les señalaban como autores de los hechos. La investigación descubrió, además, que la tenían retenida a la fuerza y que la explotaban sexualmente.
El origen de la agresión mortal estuvo en una fuerte discusión que los acusados mantuvieron con la víctima el 1 de enero. Fuentes cercanas a la investigación explican que los tres estaban en Azpeitia, donde se habían trasladado para acudir a casa de un cliente con el que habían pactado una cita sexual con Aintzane, cuando empezó la agresión. Los acusados presuntamente la golpearon y después la trasladaron de nuevo a su casa, en el agroturismo de Haizeaberri.
la discusión
Una vez en la casa, los acusados decidieron, al parecer, acabar con la vida de la donostiarra, que presentaba al menos seis heridas de arma blanca en su cuerpo. Pero fuentes relacionadas con el caso explican que antes de apuñalarla la ataron con unas bridas y trataron de estrangularla. Los presuntos homicidas la acuchillaron para asegurarse de su muerte. Era la madrugada del 2 de enero. La pareja cargó el cadáver de la mujer en su coche y condujo apenas 500 metros hacia la ribera del Urola, donde lo abandonaron.
Después se dirigieron a un aparcadero situado junto a la N-634, entre Getaria y Zumaia, se bajaron del coche, y arrojaron algunos objetos al mar. En ese momento, una patrulla de seguridad ciudadana de la ertzain-etxea de Zarautz que circulaba por la carretera de la costa vio a la pareja y procedió a identificarla, ya que estaban de madrugada en la vía pública sin justificación. Los agentes comprobaron que la pareja viajaba con un perro, que resultó ser la mascota de Aintzane Pujana. La Ertzaintza cree que entre los objetos arrojados al mar se encuentra el arma homicida, un cuchillo cuya funda se halló días después en la misma zona.
ensañamiento
Tras ser identificada por los agentes, la pareja volvió a moverse, esta vez hasta Tolosa. Allí entraron en un supermercado, donde compraron algunos productos de limpieza, como lejía, amoniaco y toallitas. Las cámaras de seguridad del local les captaron cuando pagaban en la caja, cubriéndose la cabeza con capuchas. La Ertzaintza sostiene que utilizaron esos productos para limpiar el escenario del crimen, el apartamento en el que tenían retenida a Aintzane y el vehículo en el que transportaron el cadáver.
Los presuntos autores del homicidio siguieron residiendo en Aizarnazabal, conscientes de que el cuerpo de Aintzane seguía abandonado junto a su casa. Dos días después del crimen, en la mañana del 4 de enero, dos operarios que retiraban basura junto al río Urola en el barrio Etxabe hallaron el cadáver, que, explicaron, se encontraba boca abajo, como de cuclillas. En sus muñecas aún llevaba las bridas con las que había sido atada. La comitiva forense trasladada al lugar comprobó que la mujer presentaba al menos seis heridas de arma blanca. A las pocas horas se confirmó que el cuerpo era el de la donostiarra, cuya desaparición se denunció el 1 de enero.
Una vez se conoce que se trata de un crimen violento el caso lo dirige el Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Ertzaintza en Gipuzkoa, que interroga a la pareja como compañeros de piso de la víctima. La joven de 23 años les indicó que Aintzane se había marchado de casa el pasado 1 de enero y que no habían vuelto a tener noticias suyas. Los agentes solicitaron un registro de la casa y del coche, a lo que ambos se prestaron, mostrando una actitud colaboradora con la Ertzaintza. El servicio de Inspecciones Oculares de la Ertzaintza examinó ambos espacios minuciosamente y hallaron restos de sangre de la víctima tanto en la casa como en el coche.
Todas las pruebas apuntaban hacia la pareja, pero la Ertzaintza no quería dejar cabos sueltos. En la inspección del lugar en el que trataron de eliminar pruebas lanzándolas al mar hallaron la tarjeta Mugi de la víctima y bridas sin usar, como las utilizadas para maniatar a Aintzane. El 12 de enero, cuando la pareja caminaba hacia su casa, varios vehículos policiales la interceptaron y se procedió a su detención.
Los dos detenidos pasaron el viernes 15 a disposición judicial. Tras ocho horas declarando, la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Azpeitia decretó su ingreso en prisión comunicada y sin fianza por homicidio, retención ilegal y explotación sexual de la víctima.
En noviembre la Ertzaintza intervino en otro agroturismo de Gipuzkoa donde los acusados explotaban sexualmente a otra mujer de 35 años, a la que daban palizas si incumplía sus exigencias.
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