¿Dónde está Marisa Villaquirán? Surgen nuevas pistas para hallar su cadáver

Un giro inesperado que fuentes consultadas por este periódico confían en que, esta vez sí, conduzca al esclarecimiento de un suceso que con el paso del tiempo había terminado arrinconando en la crónica más oscura de Miranda. Encontrar a Marisa Villaquirán, viva o muerta, fue durante años un empeño de las fuerzas de seguridad en el que se pusieron todos los medios. Y los mirandeses se implicaron con movilizaciones continuas. Incluso una comisión ciudadana brotó incansable para evitar que la repercusión mediática no se enfriara, con las paredes de la ciudad cubiertas durante mucho tiempo de fotos en las que aparecía el rostro de esta mujer. Esfuerzos en vano ante la ausencia de más pruebas a las que aferrarse. Sin embargo, la Policía Nacional ha decidido reabrir el caso tras dos décadas sin novedades. Una puerta a la esperanza para dar respuesta a ese ¿dónde está Marisa?.

La desaparición de la mujer de 38 años turbó a la sociedad. El caso se ha convertido, de hecho, en un símbolo de la lucha contra la violencia machista desde aquel fatídico día en que se perdió su pista en plena calle. Varios testigos presenciaron la escena en la que era sacada contra su voluntad del portal en el que trabajaba limpiando, la última vez que fue vista con vida. Su expareja, principal acusado fue condenado en 2009 a 14 años por detención ilegal y violencia doméstica, mientras que a su cómplice le cayeron ocho años al quedar acreditado que era la persona que conducía el vehículo en el que fue llevada a la fuerza. Ambos se encuentran ya en libertad.

Desde un primer momento todas las partes implicadas en el operativo policial tuvieron claro que Villaquirán no estaba viva, aunque algunas pruebas falsas trataron de arrojar dudas y alimentar la teoría de la fuga voluntaria.

Se siguieron todas las pistas, por inverosímiles que pudieran parecer como que fue vista en Palencia e incluso en alguna capital europea. Pero lo que se buscó fue el cadáver, sobre todo en el vertedero de la ciudad, para lo que llegaron a utilizarse los medios más avanzados de hace veinte años. No hubo resultado. Que la denuncia se presentara unos días más tarde de aquella 'retención ilegal', ya que la madre de Marisa se encontraba el 7 de diciembre de 2004 fuera de la localidad, dio tiempo suficiente al agresor para deshacerse del cuerpo. En un primer momento también se cuestionó la actuación policial.

En 2017 la Policía Nacional retomó el caso siguiendo una nueva hipótesis, pero aquella línea de investigación se cerró poco después. Ahora la nueva pista lleva a los agentes a ser más optimistas, aseguran a este periódico, aunque «quedan cabos por atar». La herida abierta por la desaparición de Marisa Villaquirán podría así cerrarse... veinte años después.