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j. P.
Jueves, 8 de agosto 2019, 08:09
El presunto violador en serie de Beasain está siendo investigado por cinco nuevas agresiones sexuales, al margen de las cinco primeras que ya se le imputan y de las que existen evidencias biológicas de su implicación. Tras el arresto del sospechoso hace dos semanas, u ... na de estas nuevas víctimas acudió a la Ertzaintza para interponer una denuncia. La mujer afirmó que conocía los casos de otras dos mujeres que asimismo fueron agredidas sexualmente, delitos que atribuyó inicialmente al encausado. La mayor parte de los nuevos casos habrían sido perpetrados en Gipuzkoa y las víctimas serían mujeres de nacionalidad rumana, la misma que la del encausado.
El proceso contra el presunto violador agotó ayer un nuevo trámite. El encausado fue conducido desde la prisión de Martutene donde permanece desde el pasado 22 de julio hasta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Tolosa, al que compete investigar la violación que se cometió la madrugada del 13 de julio en Beasain. La diligencia tenía por objeto ratificar la orden de ingreso en prisión que había sido adoptada por el magistrado que se encontraba de guardia en la fecha en la que se practicó el arresto.
A la diligencia comparecieron un miembro de la Fiscalía y la letrada que representa a la joven agredida, que ejerce la acusación particular. El encausado, de 37 años, estuvo asistido por su abogado, que solicitó la puesta en libertad, con las medidsa cautelares que se estimasen oportunas, ya fuera previo pago de una fianza o la retirada del pasaporte. Las acusaciones, sin embargo, pidieron la ratificación de la medida privativa de libertad.
La jueza decidió mantener al investigado en prisión. En un auto que fue entregado a las partes a primera hora de la tarde considera que existen indicios racionales de que el investigado es el autor de la agresión de Beasain, por la que podría ser sentenciado a penas de entre 6 y 12 por el delito contra la libertad sexual, y de 4 a 6 por la detención ilegal. La juez recordó también que el perfil genético del investigado es coincidente con otras cuatro violaciones, de manera que sostiene que la gravedad del castigo que el ordenamiento jurídico contempla podría ser motivo para eludir la acción de la justicia, de ahí que estime necesario neutralizar dicho peligro. Por ello, concluye que la prisión provisional es la única medida para garantizar la presencia del investigado en el proceso.
Ayer, también se llevó a cabo un registro de un vehículo de la empresa del acusado que explotaba un negocio dedicado al mantenimiento de industrias.
La Ertzaintza trabaja con la hipótesis de que este investigado estaría detrás de, al menos, diez agresiones sexuales que se habrían cometido en Gipuzkoa desde 2012. De momento, gracias a los perfiles de ADN de las muestras obtenidas por los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Gipuzkoa de la joven agredida en Beasain, se tiene la certeza de que el encausado ha violado a cinco mujeres. La Ertzaintza le imputa dos ataques sexuales que se perpetraron en agosto y septiembre de 2012, en Andoain y Tolosa. El tercero fue también en septiembre pero del año siguiente y se cometió en Anoeta. El cuarto se perpetró en enero de 2015 en Lasarte-Oria. El último fue el cometido la madrugada del pasado día 13 en Beasain.
En todos ellos, el investigado puso presuntamente en práctica un 'modus operandi' en el que combinó métodos de abordaje a las víctimas parecidos al de Beasain. En uno usó un spray de pimienta para neutralizar a la mujer y en otro, le propinó un puñetazo. A la tercera le puso un pañuelo impregnado de una sustancia paralizante y a la cuarta le introdujo una prenda en la boca con otro producto que le hizo perder el conocimiento. A la de Beasain, le golpeó y además le aplicó cloroformo para que se desvaneciera.
Fuentes consultadas indicaron que de estos cinco, dos son en grado de tentativa, de manera que no habría consumado la violación.
Ahora, además, los investigadores de la Policía vasca trabajan en determinar la participación del investigado en otros cinco ataques a mujeres que habrían tenido lugar de 2015 en adelante. La mayor parte de las víctimas son de nacionalidad rumana, algunas de las cuales decidieron no interponer denuncia, principalmente por temor o vergüenza a que se conociera esta circunstancia dentro de su propia comunidad.
Según han señalado fuentes consultadas, después de que se supiera que la Ertzaintza había detenido al sospechoso una de las nuevas víctimas habría acudido a la Policía a denunciar que fue objeto de un ataque sexual en el que la manera de actuar había sido similar a la empleada en los casos esclarecidos. Esta persona, además, manifestó que conocía a otras dos mujeres que asimismo sufrieron ataques similares en Gipuzkoa. La Policía, por tanto, sospecha que el investigado estaría detrás de estos tres casos y de dos más.
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