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Álvaro Machín y Ana Bringas
Martes, 13 de agosto 2024, 08:59
Este lunes todo era paz en Limpias. Las fotos en la ría, los veraneantes con casa en la zona dando un paseo con el perro, unas crías vendiendo pulseras... La estampa veraniega del pueblo. La habitual en este rincón de Cantabria. También el sábado, en ... plenas fiestas de Santa Isabel, fue lo de siempre. Unas «celebraciones tranquilas». Por eso, los vecinos quieren pasar página de lo que sucedió el viernes por la noche. Una pelea multitudinaria por su paseo y un relato de unas tres horas en el que aparecen palos, navajas, «'hordas' de chavales» corriendo y hasta barras de hierro escondidas en un jardín con malas intenciones. «La gente se daba la vuelta porque era una salvajada», cuentan los testigos. Ellos, vecinos, insisten: «Esto no lo queremos en Limpias. Es algo puntual y no queremos que se repita. Estas fiestas son muy sanas». Por eso, de forma unánime, aplauden la decisión de haber suspendido la discoteca de última hora del programa del sábado. Algo que, según pudo saber este periódico, se plantean ya como una medida para futuras ediciones.
«Una 'horda' de jóvenes (muchos de ellos menores de edad y sin control paterno alguno), provocaron una cadena de incidentes graves, tumultos multitudinarios que no nos representan», denunciaba el sábado en El Diario el alcalde, Ignacio Sainz (PP), para anunciar el cambio en el programa de celebraciones –sacaron un comunicado en redes–.
¿Pero qué sucedió la noche antes? De entrada, en el municipio creen que se trató de una quedada organizada. Posiblemente, a través de redes sociales y, seguro, ajena a la gente del pueblo. Todo transcurría con normalidad, con los festejos en la plaza. Pero allí al lado, en la zona del paseo, a eso de las doce y media de la noche empezó el lío. «Había como dos bandos y mucha tensión», cuentan los que lo vivieron de cerca. Hablan de «unos cien chavales», adolescentes y –se da por hecho– en muchos casos menores de edad. Unos vieron palos, otros navajas y, explican, «encontramos dos barras de hierro escondidas en un jardín».
Porque aumentó la tensión y también el escenario. Se llamó a la Guardia Civil –desde el Ayuntamiento han explicado que les dijeron que llegarían «cuando pudieran»– y los participantes en la reyerta se fueron esparciendo por todo el paseo. «Se colaron en urbanizaciones, se metieron en callejones, había chavales escondidos». Fueron los propios vecinos los que –durante casi tres horas, porque la cosa «duró como hasta las tres de la mañana»– trataron de apaciguar los ánimos.
«No fue nada para lo que podía haber sido. Gracias que no pasó nada», explican desde el pueblo. Ni a la Guardia Civil ni al 112 le consta que hubiera heridos, que se desplazaran ambulancias a la zona. Aunque algo de sangre sí que hubo. Que si uno con el labio roto, que si un pómulo abierto, que si otro con una herida en la mano...
«Esto en las fiestas no lo queremos. No encontrarnos con esto nunca más». Eso era unánime. Los vecinos rechazan que la imagen de Limpias se vea manchada y repetían que lo mejor que se pudo hacer fue suspender del programa del sábado el último punto. La discoteca hasta altas horas de la madrugada. Hubo romería con orquesta, «buen ambiente», y nada más.
Los jóvenes de una comarca (o los que están por allí de vacaciones o en zonas limítrofes) aprovechan las 'macros' de las fiestas de los distintos pueblos para desplazarse de una a otra –aquí y en muchos lados–. La sesión de última hora. De pueblo en pueblo cada fin de semana. Son puntos de encuentro para pasarlo bien hasta bien tarde y con esa buena intención acude la mayoría. Pero a veces, esas citas –o los macrobotellones, que a veces van aparejados– las aprovechan otros para quedar con no tan buena intención. Incluso, directamente para saldar cuentas después de amenazarse por internet.
En Limpias, de hecho, no quieren entrar en una lista que tiene varios ejemplos en los últimos años. Los incidentes en Castro o en Noja en el verano de 2021 o, más recientes, los que se dieron en celebraciones el pasado verano en Sierrapando, Cicero o Bezana. En todos, con heridos.
Desde la Guardia Civil explicaban ayer a este periódico que los dispositivos no se improvisan y que son conocedores de las celebraciones en cada zona. Pero, del mismo modo, advierten de la proliferación de fiestas. Hay que priorizar, explicaban. Limpias cuenta con un único agente de la Policía Local y no está entre los municipios que ven reforzada su seguridad por el Plan de Ocio Responsable de la Benemérita y la Policía Nacional. Allí, ante la llamada recibida, acudió una patrulla –desde el Ayuntamiento apuntaban que, seguramente, desde Laredo–. Pero para entonces los ánimos estaban ya calmados.
El sábado, explican, sí que estuvieron por la zona por si se repetía lo sucedido, «pero todo transcurrió con normalidad».
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