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Ó. de la Dueña
Valencia
Viernes, 10 de febrero 2023, 14:49
Emma tenía 12 años, jugaba al fútbol y cursaba segundo de la ESO en Jérica, Castellón, hasta que comenzó a sentirse mal en los últimos días de enero. Una semana con dolor abdominal, vómitos, fiebre y hasta diarrea. Nada de esto sirvió para que en ... las tres veces que sus padres la llevaron a los servicios sanitarios, se le hiciera un análisis de sangre o una ecografía. «Por eso ha muerto», han sentenciado sus padres, Ramón Martínez y Beatriz Gascón. La joven perdió la vida en la madrugada de este lunes 6 de febrero en el Hospital Clínico de Valencia, por una peritonitis purulenta, es decir, una apendicitis que se ha complicado al no haber sido atajada a tiempo.
«Nuestra hija ha fallecido porque en ocho días ningún médico pensó en hacerle una analítica o una ecografía, cosas en las que se tarda dos minutos; pese a que los síntomas empeoraban cada día, fuimos a los centros de salud y hospitales hasta en tres ocasiones», ha relatado el padre, quien ha agregado que la vida se hará muy dura «sin ella».
«Ahora tenemos que hacer frente un mundo sin Emma y a una casa donde su cuarto lleva su nombre y donde en su escritorio están sus deberes a medio hacer», ha añadido Ramón Martínez. Tanto él como su esposa, ambos de 48 años, no quieren que esto vuelva a ocurrir: «Vamos a luchar para que a partir de ahora haya algún tipo de protocolo que evite que una niña de 12 años muera por una apendicitis que se complica, porque en ninguna visita médica se le hace un análisis de sangre o una ecografía».
Emma murió a los ocho días de comenzar a sentirse mal. Los hechos arrancaron el domingo 29 de enero, cuando los padres llevaron a la pequeña el centro de salud de Viver, a escasos kilómetros de Jérica. Una doctora les atendió y achacó el estado de la niña a un virus o su primera menstruación, como han relatado los padres. Pese a ello, los progenitores ya advirtieron de que se podría tratar de una apendicitis, ya que había varios precedentes familiares, entre ellos otro hijo más mayor.
Pero los sanitarios no le dieron importancia a este precedente del que alertaban los padres. La joven iba a peor, cada día se sentía con más dolor «y estaba más débil y enferma», ha contado su padre. El jueves 2 de febrero la preocupación de los padres por el estado de Emma hizo que regresaran al médico en Viver, donde les atendió otro facultativo que estaba de guardia: «El diagnóstico fue parecido: un virus o los síntomas de la regla y a casa».
Pasaron varios días y la situación iba a peor. La cosa se complicó tanto que el viernes la «niña casi no podía ni caminar», por lo que los padres optaron por ir directamente el sábado 4 de febrero a las urgencias del hospital de referencia, el de Sagunto, a 42 kilómetros de su casa. «Allí pasamos prácticamente el día y tampoco se le hizo ni un análisis ni una ecografía. En un servicio de Urgencias, sólo se tarda dos minutos en hacer una ecografía o sacar sangre y no lo hicieron, por eso no está viva. Estuvimos hasta las 17 horas, y tras unas pruebas de orina y un auscultación de la tripa la enviaron a casa una vez más».
Pero la dolencia y el malestar de Emma iba a más. La situación de la pequeña se volvió tan complicada que el domingo 5 febrero llegó a «perder el conocimiento y desfallecer». «Fuimos de urgencia al centro de salud de Viver. Sufrió una parada cardiorespiratoria y lograron reanimarla con un desfibrilador y allí se optó por enviarla al Hospital Clínico de Valencia. «Un equipo pediátrico estaba esperando su llegada, pero ese día ya era tarde. Pese a todo, nada más entrar en el centro se optó por operarla para ver que tenía», ha relatado el padre, aunque en ese momento tampoco pensaron en que fuera una peritonitis. La niña volvió a sufrir otra parada cardiorespiratoria y falleció en ese centro». Su muerte fue en la madrugada ya del lunes 6.
«Lo más duro de todo es que ni siquiera esa misma noche sabían decirnos de que había muerto, cuando estaban advertidos de que podía haber comenzado todo por una apendicitis», ha relatado Ramón. «No ha sido hasta que le han realizado la autopsia cuando hemos conocido la causa de la muerte, una peritonitis purulenta con una infección en la sangre». Para los padres, claramente, la muerte de Emma podría haberse evitado, porque ellos advirtieron de que se podría tratar exactamente de eso, pero, además, Ramón no se cansa de repetir que una sola analítica habría dado indicios de la apendicitis y que una ecografía habría detectado al momento la inflamación de esta parte de intestino.
El padre ha explicado también a Las Provicnias que ya se han puesto en manos de abogados para iniciar una demanda contra la Conselleria de Sanidad, por una presunta negligencia médica. «Es obvio que ante unos síntomas claros no se actuó, sobre todo pese a nuestras alertas de antecedentes familiares de esta dolencia». Además, Ramón ha detallado que se ha puesto en contacto con él y su esposa la Asociación de Defensa del Paciente, que le ha explicado que llevará el caso a Fiscalía para que se investigue hasta el final qué ha pasado y si los servicios sanitarios han cometido negligencia.
En respuesta a una pregunta de Las Provincias, fuentes de la Conselleria de Sanidad han afirmado que lamentan «profundamente lo sucedido y se ponen a disposición de la familia». Han añadido que analizarán lo que ha sucedido en este caso.
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