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álvaro muñoz
Jueves, 28 de julio 2022, 14:25
«Pensábamos que alguien se había tirado al puente de Casasola». Ese fue el primer designio de los viandantes cuando sobre las 0:20 horas de este miércoles vieron a varias patrullas de la Policía Nacional en la calle Casasola, en Valladolid. Pero rápidamente conocieron ... la realidad de lo que se palpaba de noche en el barrio de Vadillos. A esa hora, un niño de tres años había bajado solo desde su vivienda, desde un segundo piso del número 6 de esa vía, para pedir auxilio al grito de «mi madre está muerta».
Nada más salir al exterior se encontró con una vecina del bloque contiguo, del número 8, que fue precisamente quien alertó directamente a la Policía Nacional del relato del menor, asustado en un principio al ver a su madre, de origen dominicano, tendida en la entrada de la vivienda en la que viven los dos.
La vecina aguardó pacientemente con el niño en su portal y esperó a que la Policía Nacional, que ya conocía el testimonio del niño, se personara inmediatamente en el número 8 de la calle Casasola. Fueron minutos de tensión tras las afirmaciones del menor, tanto para la vecina como para la propia Policía, que se esperaba un desenlace tétrico.
La llegada de los agentes aportó la calma a la calle Casasola. Subieron al segundo piso y se encontraron a la madre desplomada en el suelo pero con constantes vitales. El susto inicial se disipó al comprobar que la progenitora se encontraba en un estado de embriaguez, por lo que, además de dar aviso al servicio de emergencias (la llamada al 112 entró a las 0:50 horas), intentaron espabilarla.
Una intentona, según relatan los propios vecinos, que duró alrededor de 20 minutos. Momento en el que llegó la ambulancia para «subirla a una silla de ruedas» y trasladarla hasta el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. «El niño estaba tranquilo, tenía conversación y estaba muy espabilado para tener tres años. Era él mismo el que proporcionaba todo tipo de datos a los agentes», añaden los vecinos que se encontraban en la zona la pasada noche.
Estas fueron las conclusiones que sacaron durante las dos horas en las que la Policía Nacional trabajó exhaustivamente para dar con algún familiar que se hiciera cargo del menor al estar su madre camino del hospital. Una ardua tarea telefónica hasta dar, en plena noche, con el padre.
Con la información que proporcionaba el menor, los agentes llegaron hasta su hermano mayor de 17 años, internado en el centro de menores Zambrana. Hablaron con la dirección y hasta se planteaba la opción de despertarle para que se hiciera cargo de su hermano menor.
A la par que contactaban con el centro de menores, otros agentes iniciaban el camino para dar con otros familiares. Se llegó a contactar con una de sus abuelas, residente en Madrid, pero finalmente se localizó al padre del niño. Este reside en la calle Duero, en el barrio de Las Delicias, y tras telefonearle, los agentes trasladaron al menor hasta la vivienda de su progenitor, donde pasó la noche.
Precisamente, este miércoles por la tarde en la calle Casasola no se comentaba otro aspecto que lo vivido en la noche anterior. Asustados ante la noticia, no llegaban a entender lo sucedido.
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