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Álvaro Machín
Miércoles, 5 de abril 2023, 00:47
El minuto de silencio fue convocado en el Barrio Pesquero de Santander, donde tanto saben de mar, de miedo y de muerte. Hasta el cura ... que asistía a las familias había estado a punto de perder la vida cuando estuvo embarcado. El vecindario no dejó de arropar a las familias de la tragedia del 'Vilaboa Uno'. A los gritos de Gema, la hermana de Francisco San Pedro Faleato, demandando ver su cuerpo, se unían los lamentos de la mujer de Walter Jhon Ferreyros, el maquinista que permanece desaparecido, que pedía con desesperación que sigan las labores de rastreo. «Necesito su cuerpo, que no paren de buscar por favor». Todo ello a escasos cinco metros de la clase política cántabra en pleno. Había rabia, mucha, reproches y desesperación. De las familias y de todo el barrio.
«Cómo voy a estar tranquila si le he visto nacer», decía una señora emocionada. Hablaba de 'Fali', el marinero de 57 años al que rescataron ya sin vida los tripulantes del 'Siempre Nécora' (la otra víctima mortal fue Gogfrey Kofi Buabeng, de Ghana, 58 años, cuyo cuerpo fue sacado del mar por la gente del Ave Fénix). Aún no eran las doce cuando Gema dijo en alto lo que pensaba todo el mundo. «Hemos ido a los juzgados, se ha ido a comisaría... Ya no sé qué tenemos que hacer para saber dónde está mi hermano y qué ha pasado. Tres familias y no tenemos ninguna notificación», estalló agarrada del brazo de la mujer de Ferreyros, que entretanto pedía que no se contaran mentiras, que no se manchara el nombre de Walter Jhon. «Tuve que ir allí, a la lonja, para que me dijeran que era mi sobrino. Tirando de colegas porque nadie nos dijo nada», relataba un tío de 'Fali'. «Hay una mujer que se ha enterado por las redes sociales de que su marido había fallecido. Eso no es normal. Nosotros nos hemos enterado seis horas después de que mi padre estaba desaparecido. Eso de que no tenían el teléfono ni forma de contactar no se lo cree nadie». Eso, la hija de Walter.
Con un esfuerzo encomiable por mantener la serenidad, Max, otro hijo del desaparecido, ejerció de portavoz. Fue él quien acaparó la atención para que el llamamiento familiar no cayese en saco roto, provocando un nudo en el estómago de los que escuchaban antes y después del minuto de silencio. «No voy a permitir que no aparezca ni que se digan mentiras», mostró su enfado ante comentarios que apuntan a que pudo quedarse dormido.
«No sé si está abajo y ha sacrificado su vida o si lo han visto salir. Soy el pilar de mi madre y de mi hermana, y si me derrumbo no hago nada. Les pido que hagan lo posible. Mi padre es un marinero que hizo mucho por esta tierra. Necesito que le busquéis, a él que era un hombre ejemplar y trabajador. Todos en mi pueblo, Laredo (son de origen peruano pero arraigados en Cantabria), lo conocen y lo quieren». Lo siguiente, el silencio.
Max apeló directamente a Revilla. «Usted es padre y ha sido hijo. Yo estoy atado de pies y manos. Llevo dos días con un café y no puedo comer hasta que aparezca. No cesen la búsqueda, se lo pido». Después un acercamiento y unas palabras al oído. del presidente. «Ya me gustaría a mí poder dar soluciones», empezó diciendo Revilla ante los micrófonos. Habló de «la angustia de tener a un familiar desaparecido» y recordó episodios como el último de Santoña, «donde no se pudo recuperar al marinero».
Insistió en que los medios cántabros están haciendo «todo lo posible», pero repitiendo en todo momento que la operación está dirigida por «Salvamento Marítimo, que pertenece al Gobierno Central», a quien también señaló cuando le preguntaron por qué no se avisó a las familias (que se enteraron, en algún caso, por mensajes del propio Revilla en las redes). «Yo tuve conocimiento del hecho a las 07.10 horas y puse un mensaje de condolencia y hablé de la tragedia con los datos que me habían dado. Pero yo no tengo la capacidad ni la competencia para hacer esa labor», replicó.
Las labores de búsqueda de Walter Jhon Ferreyros, el único de los diez tripulantes del 'Vilaboa Uno' que aún permanece en paradero desconocido, darán hoy un salto cualitativo con la llegada de un robot submarino capaz de bajar hasta el lugar donde se cree que se encuentra el barco hundido. Será la Guardia Civil la que aporte y dirija el aparato, que se sumergirá hasta los 120 metros de profundidad, donde los expertos sitúan al arrastrero, de 28 metros de eslora y 224 toneladas de peso. El objetivo es obtener imágenes para calibrar y determinar si dentro continúa el desaparecido».
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