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Gabril gonzález | susana esparza
PAMPLONA
Jueves, 13 de agosto 2020
Un viaje para practicar barranquismo a los Alpes suizos acabó el miércoles con tres fallecidos y un desaparecido de un grupo de navarros y vascos ... que se vio sosprendido por una fuerte tormenta eléctrica. Las víctimas son Tontxu González, de 48 años y vecino de Güeñes; Mikel Lasa Mendizábal, de 33 años y natural de Allo; y Mikel Zabalza Hernández, de 29 y residente en Uharte Arakil. Un cuarto miembro de la expedición, Diego Maeztu Martínez, de 38 años y también de Allo, permanecía desaparecido al cierre de esta edición. No obstante, última hora de la tarde de este jueves la Policía suiza trataba de confirmar, a través de las huellas dactilares la identidad de los cuerpos ya rescatados.
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Los cuatro, con amplia experiencia en el barranquismo, llevaban varios días practicando este deporte en Suiza en compañía de la mujer de González y una amiga común. El martes se encontraban en las gargantas de Parlitobel, en el cantón suizo de San Galo, en el este del país. En un momento de la actividad, sobre las cuatro de la tarde, las dos mujeres decidieron no seguir adelante y regresaron al parking.
Los cuatro hombres continuaron por el desfiladero y se vieron sosprendidos por una fuerte tormenta eléctrica. Según fuentes consulares, las dos mujeres comentaron cómo vieron desde el aparcamiento una gran nube negra con fuerte aparato eléctrico y cómo se formaba un río «espectacular» que se llevaba todo a su paso, tanto que incluso temieron que alcanzara también al parking en el que se encontraban.
Según el diario suizo 'Blick', la tormenta comenzó a descargar sobre la garganta de Palitobel a las 18.10 horas, con precipitaciones de 25 a 30 litros por metro cuadrado, alcanzando el nivel de peligro 2 sobre 3, según los estándares europeos. Sobre las siete de la tarde, al ver que los cuatro acompañantes no llegaban al punto de encuentro acordado, las dos mujeres dieron aviso a las emergencias locales.
Los servicios de socorro, formados por un amplio contingente que llegó a incluir a submarinistas, perros y cuatro helicópteros (dos del servicio nacional de salvamento, uno de la policía y otro del Ejército), trabajaron en la zona del siniestro, cuyo acceso quedó cortado por la Policía desde la tarde del miércoles.
A las 23.20 horas del miércoles, hallaron dos cuerpos sin vida en la confluencia con el embalse de Gigerwald. Un tercer cadáver fue encontrado en las inmediaciones, también en el lago, de madrugada. «La ubicación sugiere que los hombres fueron arrastrados por masas de roca y agua», dijo Armin Grob, especialista en barranquismo en Alpine Rescue Eastern Switzerland, del diario 'Blick'. Las labores de búsqueda quedaron suspendidas de madrugada y se reanudaron ayer, pero sin éxito para localizar al cuarto barranquista. Las dos mujeres, por su parte, recibieron asistencia psicológica.
Según medios suizos, los servicios meteorológicos habían advertido de las tormentas eléctricas que descargarían sobre la zona. Sin embargo, un barranquista con amplia experiencia y que conocía al grupo, negó que las previsiones anunciaran una tormenta como la que cayó en esa zona. Subrayó que los cuatró «sabían dónde se metían», y que antes de realizar una actividad así siempre se cercioraban del tiempo. «Ellos lo hicieron y en las webs que miraron no se predecía esa tormenta y por eso decidieron meterse», afirmó.
Una vez la noticia trascendió se sucedieron los mensajes de condolencia con las familias. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó su pesar a través de su cuenta en Twitter. «Mi cariño para las familias y amigos de los turistas españoles fallecidos tras un fatal accidente mientras practicaban barranquismo al norte de Suiza. Sánchez también agradeció su labor a todas las personas que participan en el «amplio dispositivo de búsqueda» desplegado en la zona.
La localidad de Allo llora a dos de las víctimas de la tormenta. Mikel Lasa Mendizábal era el hijo de la hasta hace poco farmacéutica del municipio, Amaya Mendizábal, ahora jubilada. Estudió en la Ikastola de Estella, ciudad donde también era muy apreciado. El joven trabajó una temporada en la gasolinera de su localidad natal y ahora se había empleado en un negocio familiar relacionado con el campo, según explicaron ayer sus amigos.
Vinculado desde pequeño a la música, llegó a formar parte de un grupo no profesional, recordaron ayer sus allegados, que destacaron su alegría y su bondad. «Mikel siempre tenía una sonrisa en la cara, buenas palabras y muchas ganas de vivir, de vivir disfrutando. A todos nos hacía muy felices».
Diego Maeztu Martínez también era muy conocido en Allo, y en la merindad. Trabajaba como técnico informático en la empresa de Schmidt-Clemens, ubicada en Murieta, y era presidente de la charanga Jurramendi, donde tocaba la trompa. Impulsó con otros músicos de Allo, Arróniz y Dicastillo esta banda que nació en 1998 y que hace dos años celebró su vigésimo aniversario. Sus compañeros destacaban ayer su implicación con su pueblo y con los municipios de la zona. «Siempre estaba metido en todo. Le gustaba participar en las cosas, se apuntaba a todo. Él era así, muy divertido, activo, animado y, sobre todo, buena persona».
Palabras de recuero y dolor que se repitieron también el municipio vizcaíno de Güeñes, de donde era vecino el tercer fallecido: Tontxu González.
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