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Oskar Ortiz de Guinea y Beñat Arnaiz
Miércoles, 23 de octubre 2024
El crimen de Aintzane Pujana, una donostiarra de 32 años, lo cometió la pareja acusada del asesinato en un agroturismo de Aizarnazabal en enero de 2021. Así lo aseguró ayer el jurado popular que ha juzgado este caso y que en el veredicto emitido anoche ... ratifica las tesis esgrimidas por la Fiscalía durante la vista oral. Según este relato, la mujer procesada asestó a Pujana las puñaladas que acabaron con su vida, pero lo hizo manipulada por el otro sospechoso.
En la vistilla posterior a que se diera a conocer esta decisión, el fiscal Jorge Bermúdez mantuvo la petición de prisión permanente revisable para el varón por el delito de asesinato agravado, así como cinco años por el delito de detención ilegal y otros tres años y medio por el de prostitución forzada. A la mujer le imputa el asesinato, por el que pidió una condena de hasta 20 años de internamiento en régimen cerrado en un centro psiquiátrico y diez años de prisión, de los que se le descontaría el tiempo que cumpla interna en un sanatorio. Tras salir en libertad, debería permanecer otros diez años vigilada con tratamiento psiquiátrico ambulatorio.
El castigo solicitado para ella es inferior al de él, ya que a la mujer se le ha aplicado la atenuante de su confesión en una comisaría de la Ertzaintza, así como la eximente incompleta de trastorno límite de la personalidad, lo que afecta a sus capacidades volitivas. Por el contrario, el tribunal no considera acreditado que la procesada actuara movida por «un miedo insuperable» a su pareja. Las dos defensas, por su parte, reclamaron la absolución.
El jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, no titubeó en su veredicto, ya que votó por unanimidad todas y cada una de la treintena de cuestiones sobre las que debía pronunciarse y sobre las que llevaba debatiendo desde el martes. La lectura de cada uno de los puntos resultó contundente en contra de los intereses de los procesados. Ambos lo fueron escuchando cabizbajos. Y tampoco fueron mucho más expresivos al conocer después la petición de pena del Ministerio Público.
A los dos procesados les auguró el fiscal «un largo tiempo de cumplimiento de condena», motivo por el cual se negó a que los dos quedaran en libertad a la espera de que la Audiencia de Gipuzka dicte sentencia. Así, exigió que continúen en prisión provisional, ya que «ante la perspectiva de pasarse un largo tiempo de privación de libertad», se genera «un evidente y gravísimo riesgo de fuga».
Además, incidió, no existe la «certeza absoluta» en que no vuelvan a delinquir. Él porque representa «un grave riesgo de reincidencia delictiva», ya que es «extremadamente peligroso» y «capaz de reproducir su conducta violenta». Y ella, porque es «altamente inestable y manipulable», lo que le puede conducir a delinquir o ponerse en «riesgo».
En síntesis, los nueve miembros del tribunal consideran probado que Aintzane Pujana murió durante la madrugada del 2 de enero de 2021 en el agroturismo en el que la mujer donostiarra convivía junto a los dos acusados. Fue asesinada «para evitar que les denunciara tras haberse negado horas antes a satisfacer un servicio sexual en Azpeitia y recibir una fuerte paliza por ello».
Aunque la Fiscalía finalmente no acusó a la mujer del delito de inducción a la prostitución, el jurado considera probado que los dos procesados gestionaban «de manera colaborativa» los servicios de prostitución que prestaba la víctima en contra de la voluntad de la mujer asesinada.
Lanzaron el cadáver al río
De las pruebas y testimonios expuestos a lo largo de la vista oral que comenzó el pasado 26 de septiembre, el tribunal popular da por acreditado que los dos condenados maniataron con unas bridas a Aintzane, a la que la acusada acuchilló siguiendo las órdenes del acusado, sin que la víctima pudiera defenderse debido a su estado de embriaguez. Por el contrario, el jurado considera que no obra «un informe psiquiátrico, ni ningún testimonio que demuestre feacientemente» que la acusada fuera víctima de «un miedo insuperable» a su entonces pareja sentimental. Sí admite que el consumo «continuado de tóxicos agrava» el trastorno mental que padece.
A la hora de justificar su veredicto, el jurado también dio por bueno que, horas antes de cometer el asesinato, la noche del 1 de enero de 2021, ambos procesados llevaron a Pujana hasta un domicilio de Azpeitia donde la víctima debía ofrecer el servicio sexual demandado por un cliente. Sin embargo, al llegar al portal, la donostiarra se negó, lo que originó la discusión que precipitó los terribles acontecimientos. De camino al agroturismo de Aizarnazabal, el acusado condujo el vehículo por una pista forestal, donde Aintzane recibió una primera paliza. Luego continuaron al apartamento donde llevaban varias semanas conviviendo. Aquí, tras atar a la donostiarra, el acusado ordenó a su compañera que apuñalara a Aintzane. La mujer obedeció. A continuación, se deshicieron del cadáver en una zona cercana del barrio de Etxabe, junto al río Urola, donde el cadáver fue localizado el 4 de enero.
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