Así investigan el crimen a navajazos de Lukas Agirre en San Sebastián

Los interrogatorios en la comisaría de la Ertzaintza antes de pasar a disposición judicial se prolongaron algo más de 48 horas, desde el mismo domingo. Los tres detenidos, dos hombres y una mujer de 24, 26 y 28 años, respectivamente, permanecieron hasta ayer por la mañana en comisaría. Dada la complejidad del caso, la Ertzaintza apuró los interrogatorios para intentar esclarecer lo sucedido. Se alargaron durante dos días, hasta que al mediodía de ayer los arrestados fueron trasladados a dependencias judiciales. Sin embargo, varias horas después volvieron a la comisaría de Ondarreta para pasar su tercera noche a la espera de volver esta mañana al juzgado.

La investigación para aclarar lo sucedido continúa abierta bajo secreto de sumario. Hasta el momento, lo que ha trascendido es que la agresión con arma blanca tuvo lugar hacia las 6.20 horas en la plaza Okendo, después de que la cuadrilla de Lukas y la de los presuntos agresores salieran de una discoteca situada en esta plaza del centro de Donostia. Según ha podido saber este periódico, la pelea comenzó en el interior del local, aunque continuó fuera de este, donde el supuesto autor material de los hechos, que se entregó a la Ertzaintza junto a su madre el domingo por la mañana, asestó los dos navajazos a la víctima. Fue el corte en el cuello el que provocó su muerte, a pesar de que el fallecido también recibió una puñalada en el pecho. Los equipos de emergencias que se desplazaron hasta el lugar no lograron frenar la hemorragia.

Los presuntos autores del homicidio huyeron del lugar, pero al poco fueron arrestados por agentes de la Policía vasca, en colaboración con la Policía Municipal, y derivados a comisaría. Dos de ellos fueron detenidos en la calle Fuenterrabía y el tercero se entregó. Al menos uno de ellos, el presunto homicida, tiene antecedentes policiales y los tres son de nacionalidad española.

El crimen de Lukas empañó la Navidad a todos los guipuzcoanos, que todavía se recuperan del disgusto. La preocupación por el alza de delitos por lesiones y peleas cada vez es más perceptible entre la ciudadanía, que sigue consternada por el trágico suceso. «¡Lo han matado! ¡Lo han matado!», gritaba horas después de la agresión una amiga de la víctima, todavía en la plaza Okendo. No podía creerse lo que había presenciado. Su amigo había fallecido tras sufrir una agresión con arma blanca en la fiesta de Nochebuena, en la que salió junto a su cuadrilla. Es más, sus amigos tuvieron que acudir a declarar en la mañana de Navidad, entre lágrimas por la pérdida de Lukas. Ayer tampoco faltaron a la concentración en repulsa del crimen, así como en apoyo a su familia y en recuerdo a la víctima. «Todos vamos a estar contigo», aseguraban algunos la víspera en redes sociales. Su cuadrilla le dará mañana el último adiós en la plaza del Ayuntamiento de Hernani a las 18.30 horas. La madre y los hermanos de Lukas, así como sus tíos, también estuvieron en Alderdi Eder ayer. Compungidos por lo sucedido, no pudieron contener las lágrimas en un emotivo acto al que se sumaron centenares de personas.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, y el regidor hernaniarra, Xabier Lertxundi, mostraron desde el primer momento su solidaridad con la familia y allegados de la víctima. El consistorio de Hernani, de donde era natural Lukas, ha consensuado además una declaración institucional entre todos los grupos que conforman la corporación municipal en la que asegura que «este grave suceso ha causado gran conmoción y dolor en el municipio».

Aunque cuando se independizó se mudó a Donostia, Lukas era de Hernani y había estudiado en Langile ikastola. El mediano de tres hermanos, antes de su fallecimiento Lukas trabajaba como diseñador gráfico en una empresa de rotulación de Urretxu.