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No lo confirman, pero tampoco lo pueden descartar. «Pedro Nieva pudo haber viajado a Llanes el día del ataque a Javier Ardines, existe una ventana de oportunidad en la que su teléfono móvil, a pesar de que se ubica en una antena de Amorebieta, no ... tiene actividad», asegura el teniente de la UCO. Un detalle que llama la atención de los investigadores es que esa mañana, poco después de enterarse de la muerte de Ardines, escribió un mensaje a su mujer, Katia, pidiéndole el número de teléfono de la asistenta dado que tenía urgencia porque fuese a casa para poner una lavadora, pese a que estaba previsto que acudiese al domicilio al día siguiente. «No tenemos pruebas de que haya viajado a Llanes, pero tampoco se puede descartar», abundan. Su propia esposa le mandó un mensaje de teléfono en el que le escribía: «Pedro, ¿qué has hecho?», tras enterarse de que Javier Ardines había sido asesinado en Belmonte de Pría, a escasos metros de donde tienen sus respectivas casas sus dos familias.
En la pormenorizada explicación que se ofreció ayer sobre el comportamiento de los cuatro procesados, aplicada las semanas anteriores y posteriores a los hechos, se ha vuelto a poner el foco en la importancia que tuvo la publicación, el 17 de noviembre de 2018, en este periódico, de que la Guardia Civil había centrado su investigación en el País Vasco. Ese mismo día, Maamar compra un billete de avión a Argelia («pagó 600 euros, lo que demuestra la premura», dijo el agente), donde se fue al día siguiente. En su confesión tras ser detenido, Benatia afirmó que su amigo «estaba muy nervioso y se quiso marchar».
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