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Javier Martínez
Lunes, 26 de febrero 2024, 10:31
La Policía Científica halló ayer indicios de un fallo eléctrico en la vivienda donde se inició el devastador incendio de Valencia. Tras una primera inspección de la casa y la terraza, un cortocircuito es la principal hipótesis que barajan los investigadores como causa del fuego. ... Cuando se iniciaron las llamas en la vivienda número 86, el inquilino no se encontraba en su domicilio. Tras localizarlo y hablar con él, la Policía ya comenzó a sospechar que la causa del incendio podría ser un cortocircuito. Un fallo en un calentador o en otro aparato conectado a la red eléctrica es la principal hipótesis, aunque otras fuentes han señalado que el origen del fuego podría ser el motor de un toldo.
La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, reiteró que las investigaciones sobre las causas del incendio «están bajo secreto de sumario», y eludió pronunciarse sobre las informaciones que apuntaban a un fallo eléctrico.
Los dos edificios domotizados destruidos por las llamas carecían de instalación de gas ciudad y tenían persianas automáticas, pero con pequeños motores eléctricos con bajo riesgo de cortocircuito. «Algunos pusieron también en sus viviendas toldos motorizados con el tiempo, aunque la mayoría eran manuales», explica una de las afectadas.
En una de las fincas siniestradas ya se registró otro incendio en 2013 por un fallo eléctrico, pero en aquella ocasión el fuego y el humo solo destruyeron un piso. Las llamas no afectaron a la fachada de la finca, y por este motivo no se propagaron con tanta rapidez como el pasado jueves.
El origen de aquel incendio fue un cargador de iPhone, según explicó la propietaria de la casa siniestrada y actual administradora del complejo, Adriana Banu.
El titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia asumió ayer la competencia para investigar las causas y circunstancias del incendio, y ratificó el secreto de las actuaciones, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. El magistrado estaba de guardia de incidencias el jueves, el día en que se declaró el devastador incendio, por lo que ha aceptado que su homóloga del Juzgado número 10 se haya inhibido, después de que esta última hubiera recibido las primeras denuncias.
Los investigadores de la Policía Científica volverán hoy al complejo siniestrado para continuar la inspección, ya que tienen que esclarecer también las causas de la rápida propagación de las llamas por las distintas fachadas de las dos torres que componen el edificio. Para ello, los especialistas están recogiendo muestras del material quemado y también de algunas placas que se desprendieron debido a las altas temperaturas, pero no ardieron totalmente.
El incendio se registró sobre las cinco y media de la tarde del pasado jueves al arder una vivienda en pocos minuto de la séptima planta. El teléfono de emergencias 112 recibió numerosas llamadas de vecinos de las torres en llamas y de otros edificios cercanos. La avenidas de Maestro Rodrigo y General Avilés se llenaron de vehículos de los bomberos y policías en poco tiempo.
Atípicas llamas
El cumplimiento del protocolo de confinar a los vecinos que se encontraban por encima del fuego se convirtió en una trampa mortal para diez personas. Otras 15, entre ellas seis bomberos, sufrieron heridas de diversa consideración. Las instrucciones que recibieron la mayoría de las víctimas fueron quedarse en sus casas, con toallas y trapos mojados en las rendijas de las puertas. Algunas de las personas atrapadas estuvieron en contacto con sus familiares por teléfono, tranquilizándoles y diciéndoles que confiaban en que los bomberos controlarían el fuego y los rescatarían.
Pero el incendio fue atípico con unas condiciones muy específicas: fuertes rachas de viento, gotas de fuego que caían al arder el cubrimiento, y la fachada ventilada que provocó un efecto chimenea. Algo inusual porque en casi todos los incendios las llamas siempre están dentro de la vivienda. En este caso se propagaron por las cámaras de la fachada, lo que convirtió la estructura en una gran antorcha. Al llegar, los bomberos aplicaron un manual que se vino al traste en minutos, y cuando cambiaron la estrategia de salvamento ya era demasiado tarde.
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