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MARIÑA ÁLVAREZ | DANIEL MARTÍNEZ | pedro álvarez
Miércoles, 18 de julio 2018
Punto y final a una fuga que ha tenido en vilo a Cantabria durante más de 24 horas. Luciano José Simón Gómez, al que sus vecinos llaman 'Simón', ha sido detenido tras consiguir fugarse este miércoles por la mañana de la casa de Turieno -en la localidad cántabra de Camaleño- en la que llevaba atrincherado diez horas, disparando contra agentes de la Guardia Civil durante toda la madrugada. Tras horas de búsqueda por los montes por parte de las fuerzas de seguridad, el hombre, de 58 años, ha sido arrestado poco antes de la una de la madrugada de este jueves. 'Simón' ha sido capturado por la Guardia Civil cuando volvía a su casa. Los agentes, que estaban ocultos esperándole, le habían tendido una trampa.
A pesar del potente dispositivo montado en torno a la vivienda, en un momento indeterminado entre las 06.00 y las 07.00 horas de este miércoles, aprovechando un instante de confusión con la llegada de refuerzos de Madrid, Luciano se escapó por una pequeña claraboya del tejado cuando aún no había amanecido, burló el cordón policial y desapareció.
Un helicóptero y hasta un centenar de efectivos de diversas unidades -miembors de la Guardia Civil de Montaña, de los grupos de intervención rápida, de unidades caninas y especialistas en rastreo- le estuvieron buscando el miércoles por la zona, con el apoyo de unidades caninas y especialistas en el rastreo de personas. Es un individuo «extremadamente peligroso» por lo que la Delegación del Gobierno pidió que nadie subiera al monte ni hablara con él si se lo encontraba. Sospechaban de hecho que la fuga la realizó portando aún el arma con el que había estado a tiros con la Guardia Civil durante más de diez horas.
Tras una larga noche de fuego cruzado, el suceso del hombre atrincherado dio un giro brusco e inesperado con su fuga de la casa en la que se habían vivido momentos muy críticos durante la madrugada. En algunos momentos, se llegaron a escuchar más de 150 disparos seguidos, entre Luciano y las fuerzas de seguridad, desde dentro y desde fuera de la vivienda, cuya fachada está totalmente plagada de impactos. En uno de esos tiroteos, un guardia civil resultó herido de bala, al alcanzarle uno de los disparos en un pie. «Está herido de forma leve», confirmaba la Guardia Civil a primera hora del miércoles, antes de saberse que Luciano José -'Simón'- ya no estaba allí.
No se sabe el momento exacto en el que Luciano decidió dejar de disparar y simplemente marcharse, aunque fuentes de la investigación señalaron que «tuvo que ser cuando aún no había amanecido, porque si no lo habríamos visto». Los agentes que estaban dentro de la casa, en la segunda planta, a los que Luciano disparaba constantemente desde el tercer piso, trataron de negociar con él, intentando convencerle de que tirara el arma. Y Luciano, como respuesta, les disparaba y amenazaba: «¡Os voy a matar a todos!», les gritaba, y la Guardia Civil intentaba sin descanso que la situación terminara sin víctimas: «¡Tira el arma, para ya, esto se puede arreglar (...)!», un diálogo repetido a lo largo de la noche, según las mismas fuentes.
Pero sucedió que sobre las 06.00 llegaron los GAR, las fuerzas de operaciones especiales, unidad de élite que se disponía a hacerse cargo de la situación entrando en la vivienda. Y de pronto Luciano ya no hablaba, ni disparaba, ni amenazaba. Pero no era del todo seguro -a la vista de su tozuda actitud- entrar en el cuarto a ver si se había quedado dormido por si volvía a disparles. Además, tantos tiros tuvieron que pegar los agentes durante toda la madrugada que en esos momentos también se habían quedado sin munición, un cúmulo de circunstancias extraordinarias -que llegan los GAR, que no hubiera más balas, que era de noche, que Luciano no hablaba- que llevaron a tomar una decisión extrema: entrar en su cuarto. Eran ya alrededor de las 06.30 horas. Aún no era de día. En ese momento descubrieron que ya no estaba. El ventanuco de ese cuarto abuhardillado, que da al tejado, estaba abierto.
El atrincherado, de 58 años de edad y con antecedentes policiales por tráfico de drogas, vivía en Santander y hace dos años se trasladó a esta pequeña localidad lebaniega junto al Parque Nacional de los Picos de Europa, donde posee una casa familiar (es de sus padres). Fuentes del pueblo aseguraron que él mismo llamó a la Guardia Civil sobre las 20.30 horas del martes después de tener una pelea con su hermano y causar daños en su coche. La Delegación del Gobierno ha confirmado que en esa trifulca llegó a amenazar con un arma blanca a su familia.
Se desconoce el motivo por el que, cuando la patrulla llegó para hablar con él, Luciano se metió en la casa y comenzó a disparar, tanto a los agentes como a las personas que pasaban por delante. Eran las 21.00 horas. Comenzaba un peligroso suceso que ha mantenido en vela al centenar de habitantes de Turieno.
De inmediato, se reclamaron refuerzos y se organizó un amplio dispositivo. La Guardia Civil consiguió entrar en la casa gracias a que un agente con un arma larga, apostado en un lugar alto, cubrió a la unidad que se disponía a asaltar la vivienda. Luciano tuvo que meterse dentro de la tercera planta, pero constantemente abría la puerta y seguía disparando a los agentes, que, a su vez, respondían también a tiros. Se ven, también, cientos de impactos de bala en la fachada de la vivienda, por los disparos efectuados por las fuerzas de seguridad. Tanto dispararon que se quedaron sin munición en plena madrugada.
Entre las 01.45 y las 02.30 horas, un momento crítico en el que se escucharon hasta 150 tiros, fuego cruzado entre Luciano y la Guardia Civil, un hombre resultó herido de carácter leve. Se trata de un agente de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic) que está movilizada desde la noche del miércoles. Este guardia fue evacuado por sus compañeros y trasladado al hospital por una de las unidades del 061 que esperaban fuera. Visto el cariz que tomaban los acontecimientos, se solicitó presencia del Grupo de Acción Rápida (GAR), procedentes de Madrid, que llegaron a Liébana casi al alba.
Tras el tiroteo de esa hora (entre las 01.45 y las 02.30) la madrugada transcurrió con cierta calma, con todo el pueblo a oscuras desde que a las 22.30 horas la Junta Vecinal de Turieno apagara el alumbrado público por petición de la Guardia Civil. Todo en presencia de numerosos vecinos y medios de comunicación, que seguían el operativo detrás del cordón de seguridad desde la pasada noche, más de un centenar apostados en la ermita de San Miguel, desde la que se divisa todo el pueblo. A las 09.00 horas, al fin, la Delegación del Gobierno en Cantabria confirmaba la noticia de la fuga inesperada de Luciano, en medio de un despliegue policial sin precedentes en el pequeño pueblo lebaniego.
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