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Una de las preguntas que todo el mundo se ha hecho respecto al macabro crimen de Jesús Mari Baranda (vizcaíno de 67 años), cuya cabeza apareció en una caja en septiembre de 2019, en Castro Urdiales, es qué llevó a la presunta autora, Carmen ... Merino (en prisión provisional desde octubre) a acabar con la vida de su novio. Y la otra cuestión que sigue sin respuesta es por qué se quedó con el cráneo para después entregárselo a una amiga, que fue quien finalmente descubrió el suceso.
Sobre la primera cuestión, la Guardia Civil ha llegado a la conclusión de que a Merino le movió un interés económico. Según se recoge en el sumario del caso, la novia de Jesús Mari, que al parecer cobraba una pensión y le daba dinero a sus hijos, tenía varias deudas por créditos impagados.
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Los investigadores plantean la hipótesis de una posible marcha prevista por Merino a la localidad de Cádiz, circunstancia que se basa en las conversaciones mantenidas por la investigada con sus hijos y las consultas realizadas en páginas web inmobiliarias respecto a la búsqueda de viviendas en la localidad andaluza, «a lo que hay que unir la importante cantidad de dinero que la investigada mantenía escondido en su vivienda, procedente de los continuos reintegros extraídos a través de cajeros con presumible origen en una cuenta del Banco Santander, titularidad de la víctima, suponiendo que dicha marcha se realizaría cuando ya realmente no existiera saldo alguno en dicha cuenta.
Respecto a la circunstancia de mantener en su posesión el cráneo de la víctima, el área de delitos contra las personas de la Guardia Civil no ha encontrado una hipótesis razonable. Pero les ha surgido la duda de si realmente lo conservaría con la intención de que en un futuro pudiera ser localizado en cualquier lugar abandonado y que a través de la correspondiente prueba de ADN cotejado con la base de desaparecidos diera resultado positivo de su identidad, «procedimiento que nos consta como conocido por la investigada», momento en el que se declararía su fallecimiento y Carmen Merino podría así liquidar la parte de la herencia que como adjudicataria en el tercio de mejora le correspondería», o en todo caso, por otras circunstancias que escapan a la explicación de los investigadores. Esta hipótesis se basa, entre otras razones, en una búsqueda por internet que Carmen Merino habría realizado en uno de los ordenadores de la pareja, en relación al destino del tercio de mejora, que es una de las tres partes en las que se divide una herencia.
Tras nueve meses de investigación y a la espera de que las partes personadas en el procedimiento (Fiscalía, abogado de y abogada de los hijos de Jesús Mari) solicitar la práctica de más diligencias, el instituto armado considera que, «a falta de otros indicios contradictorios», Carmen Merino es la autora de la muerte del que fuera su novio durante siete años, «habiendo cometido el hecho violento previo estudio y de manera premeditada, siendo escrupulosa con la destrucción de todo vestigio o indicio que pudiera suponer una incriminación de la misma».
Además, los investigadores, que no vinculan a nadie más con este caso, sostienen que, tras el crimen, Merino orquestó una historia sobre la desaparición de Jesús Mari hasta que se hizo «insostenible» por la presión de familiares y amigos, «lo cual la lleva al extremo de tener que crear una prueba de vida, elaborando la ficción de que su novio había escrito varios mensajes tranquilizadores sobre su estado, todo ello, hasta la interposición de la denuncia por desaparición llevada a cabo por el primo de la víctima».
Entre las diligencias practicadas durante los nueve meses de investigación, la Guardia Civil ha constatado a través de los repetidores de telefonía que el móvil desde el que presuntamente Jesús Mari había mandado esos mensajes sobre su paradero se mandaron desde Castro, con lo que se descarta la versión de su novia de que se había ido de vacaciones, primero a Galicia con sus excompañeros del banco donde trabajó y, después, a un chalé de un amigo en Euskadi.
Aunque la investigación que lleva a cabo el Juzgado de Instrucción Número 3 de Castro está en la recta final, aún quedan cabos por atar, como dónde se encuentra el cuerpo del jubilado vasco y cuál es el resultado del ADN de la sangre y las muestras orgánicas recogidas en la vivienda de Jesús Mari.
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