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El vuelo LA800 de la aerolínea chilena Latam acabó en pesadilla para los casi 250 ocupantes del avión. El aparato sufrió un «fallo técnico» en los mandos del piloto, según la compañía, y se frenó en el aire a 41.000 pies. Cayó de golpe unos cien metros -según flightradar- hasta que los pilotos recuperaron de nuevo el control del Boeing. Aterrizó en Auckland, como tenía previsto, en una parada en escala que unía Sídney con Santiago de Chile. Los pasajeros que salieron ilesos y los 50 heridos que fueron atendidos en el aeródromo, retomaran hoy el viaje.
La pesadilla que vivieron los pasajeros fue de película. Ellos mismos s encargaron de grabar lo sucedido y de contarlo en los medios de comunicación. «La gente chocó contra el techo del avión y provocó que se desprendieran placas», aseguró el chef Lucas Ellwood. «El hombre detrás mío estaba en el baño cuando ocurrió. El pobre me explicó que se pegó con el techo», agregó.
The terrifying moments a LATAM airlines flight from Sydney to Auckland plummeted midair have been revealed for the first time. @MarkWBurrows #9News
— 9News Australia (@9NewsAUS) March 12, 2024
READ MORE: https://t.co/IpYjTtNkei pic.twitter.com/hjbMgus9k7
Otro de los pasajeros cuenta a la televisión RNZ cómo presenció la escena de pasajeros 'volando': «La gente voló por la cabina. Estaba contra el techo del avión, de espaldas, con la cabeza hacia mí mirándome. Era como 'El exorcista'». Este hombre asegura que el piloto le dijo en Auckland que perdió los mandos y después «regresaron de repente».
La aerolínea Latam ya ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido aunque aún no se han conocido las primeras conclusiones, aunque sí especificaron que se trataba de un «incidente técnico». En Nueva Zelanda será la Comisión de Investigación de Accidentes la que investigue los hechos.
Este fallo en el Boeing 787 Dreamliner se suma a una larga saga de problemas en aviones del fabricante estadounidense que han puesto en cuestión la seguridad de sus aparatos. En enero, en un avión de Boeing 737 MAX de Alaska Airlines, una puerta se desprendió poco después del despegue provocando varios heridos leves. La semana pasada, un Boeing 777 dirigido a Japón tuvo que aterrizar de emergencia tras el despegue en San Francisco por el desprendimiento de una rueda.
Los reguladores estadounidenses dieron este mes a Boeing un plazo de 90 días para solucionar sus problemas en el control de calidad y la instaron a comprometerse en «mejoras profundas y reales».
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