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Leticia Mena | José Carlos Rojo | Ana Gil Zaratiegui
Santander
Martes, 4 de abril 2023
Tres personas murieron ayer arrolladas por un vehículo cuando paseaban por el carril para peatones frente al camping Somo Parque, en la localidad cántabra de Ribamontán al Mar. Los fallecidos son turistas residentes de larga estancia en el establecimiento. Se trata de Erika Rey de Perea, de 42 años; su hijo Izan Río Rey, de 19 años; y María Teresa Ramos, de 68 años. Los dos primeros eran vecinos de Sestao y la tercera de Santo Domingo de la Calzada. Todos ellos se encontraban alojados con sus familias en el camping, donde eran habituales. Los tres habían llegado el lunes y se disponían a dar un paseo por la zona.
El conductor del vehículo, un Ssangyong Power 4W, vecino de Ribamontán al Mar y de unos 73 años, permaneció en el lugar de los hechos bajo custodia policial, sin que en un primer momento trascensiera si dio positivo en el control de alcoholemia o drogas al que fue sometido por los agentes de la Guardia Civil tras el accidente mortal. Este miércoles se ha conocido que triplicaba la tasa de alcoholemia y que dio positivo en drogas.
Las primeras confirmaciones apuntan a que los fallecidos son Erika Rey de Pérez Muñoz, de 42 años y vecina de Sestao (Vizcaya); junto a su hijo, Izan Río Rey, de 19 años; y otra mujer, María Teresa Ramos, de 68 años y natural de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). Los tres habían llegado al camping hace sólo unos días y se disponían a dar un paseo por la zona como solían hacer cada vez que venían a Cantabria. En el trágico suceso de este martes también ha fallecido el perro con el que habían salido a caminar.
🔽 En este mapa puede ver la carretera en la que se ha registrado el accidente:
Según informó la Delegación del Gobierno en Cantabria, los hechos ocurrieron cerca de las ocho de la tarde del martes, en el punto kilométrico 0,6 de la carretera autonómica CA-443, donde el conductor perdió el control del vehículo y se salió de la carretera que une las localidades de Galizano y Güemes, atropellando a estas tres personas que estaban caminando por el paseo peatonal marcado con pintura roja y aledaño a la vía del que sólo le separa un pequeño badén. Se trata de una carretera de doble sentido, con buen asfalto y senda para peatones, aunque con varias curvas bastante cerradas y con desigual peralte.
Testigos presenciales han contado a este periódico que cerca de las 20.00 horas el coche ya entró a gran velocidad desde la rotonda que viene de Somo, que el conductor tuvo problemas para tomar las curvas previas al camping; que, incluso, otro peatón tuvo que saltar a la cuneta para evitar ser atropellado, y que otro vehículo tuvo que dar un volantazo para evitar la colisión, pero el Ssangyong chocó contra un tercero. El conductor de este último coche está bien. Por el camino se llevó por delante la vida de las tres víctimas.
Tras el impacto, y según fuentes cercanas al lugar de los hechos, el todoterreno no consiguió frenar hasta meterse en las instalaciones del camping. Hasta las once de la noche estuvo estampado contra la valla que separa la carretera del camping. A esa hora la grúa se lo llevó.
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Daniel Martínez
Durante las horas posteriores al suceso, el vecino de Ribamontán que atropelló mortalmente a las tres víctimas permaneció en el interior de una de las ambulancias que acudieron a la emergencia. Estuvo dentro mientras los forenses y los agentes desplazados a la zona hacían su trabajo. Se sabe que es un vecino del municipio, que responde como Jaime A. F., que tiene 73 años, y que testigos presenciales aseguran que venía conduciendo desde la zona de Somo a gran velocidad por la CA-433.
El alcalde de Ribamontán al Mar, el regionalista Francisco Asón, acababa de pasar cinco minutos antes por el mismo lugar donde ocurrió el accidente. Confirmaba que el conductor del vehículo era un vecino de la localidad, «alguien que lleva tiempo viviendo allí aunque natural de Santander». En más de 45 años, resumía, «nunca habíamos vivido algo tan trágico».
Emilio Valle, padre del propietario del camping, hablaba con voz entrecortada, mientras las sirenas sonaban de fondo. «Está la cosa complicada, mejor habría sido no verlo. Mi hijo... está el hombre muy mal, muy quemado», comentaba.
Sobre las víctimas, Valle recordaba que eran «fijas» del camping. Dueños de un bungalow al que venían no sólo durante las vacaciones, también los fines de semana. «Son gente, eran gente…», rectificaba sin terminar la frase. Sobre lo ocurrido, el hombre, abrumado, prefería no elucubrar: «No sé cómo venía -dijo en referencia al conductor-, si iba bien o mal. Mañana -por hoy- sabremos lo que ha ocurrido».
Erika y su hijo Izan habían llegado al camping el lunes, junto al padre de familia y su otro hijo, un menor de unos 12 años, que se quedaron en las instalaciones de Somo Parque cuando la madre y el hijo mayor se fueron a dar un paseo con María Teresa. Esta última era riojana, de Santo Domingo de la Calzada, y llegó al camping con su marido como vienen haciendo desde hace dos décadas. Las familias son amigas desde hace años. Todos los familiares fueron atendidos desde un primer momento por un equipo de apoyo psicosocial de Cruz Roja.
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