Un ertzaina aficionado a la montaña desde el colegio

Su vida siempre estuvo ligada a la montaña. Estudió en el colegio Marianistas de San Sebastián, donde formó parte del Club de Montaña del colegio. Era un habitual en las excursiones dominicales, así como en los campamentos de montaña que el colegio organizaba anualmente en verano en la zona de Huesca.

En sus redes sociales eran habituales las fotografías de sus hazañas en diferentes picos, e incluso había organizado un viaje en próximas fechas a los Andes. Varios de sus compañeros de montaña mostraron el abatimiento por su pérdida con mensajes de condolencia en sus perfiles.

Quienes le conocían decían de él que era «un gran chico, divertido y muy simpático». Como buen donostiarra, participaba activamente en las fiestas de San Sebastián. En los últimos años había salido tocando en la tamborrada Kaialde, de la Sociedad Kaialde de la calle Fermín Calbetón de la Parte Vieja.

Además de al montañismo, el donostiarra era aficionado a todo tipo de deportes, en especial al ciclismo, que también practicó durante años, o al fútbol.