«Si lo encuentra en casa lo mata»

Rápidamente alertaron a la Ertzaintza, que se personó inmediatamente en el lugar de los hechos, pero el atacante ya no se encontraba en allí. Caminando se había desplazado a la calle Iturgaitza, a menos de 300 metros del local de la sociedad, donde al parecer buscaba a un conocido al que pretendía agredir. En el portal número 1 de esa vía, junto al lateral del monasterio de Santa Ana, volvió a disparar, esta vez a la puerta para acceder al bloque de viviendas donde subió hasta el segundo piso y reventó una de las puertas también a golpe de escopeta. Según cuentan vecinos del inmueble fue donde los agentes de la Ertzaintza procedieron a su detención.

El hombre arrestado es un vecino de Lazkao de 51 años, tal y como confirmaba el alcalde, Kepa Zubiarrain (PNV), quien ayer vio cómo el tranquilo municipio vivía una mañana de sábado totalmente anómala.

El arrestado, según informó el departamento de Seguridad del Gobierno vasco, mantuvo algún tipo de altercado con anterioridad en la propia sociedad. Fue trasladado a dependencias policiales con el fin de realizar los trámites pertinentes antes de ser puesto a disposición judicial.

En el momento del ataque dos personas se encontraban en el interior de la sociedad Esparru. Se trataba del personal de limpieza de la propia entidad gastronómica que realizaba sus tareas con la puerta cerrada. Al escuchar los disparos procedentes del exterior, aterrorizados, salieron a las ventanas que dan al río Agauntza para pedir ayuda. Uno de ellos resultó con «alguna lesión leve por impacto de perdigón», tal y como recoge el comunicado del departamento de Seguridad.

A pesar de que los hechos se produjeron a primera hora de la mañana por las calles de la localidad goerritarra ya transitaban numerosos vecinos. A medida que iban pasando las horas quienes se acercaban a las inmediaciones de la sociedad, al lado del Ayuntamiento, no podían dejar de mirar cómo había quedado la puerta del local, totalmente destrozada. Los agentes de la Ertzaintza llegaron a contabilizar hasta una veintena de cartuchos en el suelo. Tres horas después, y una vez realizados los trabajos de investigación, algunos socios comenzaron las labores de limpieza sin querer hacer más comentarios que «había sido un gran susto».

La impresión de que lo sucedido podía haberse convertido en una tragedia se trasladó a los vecinos de Iturgaitzaga, donde el atacante acudió tras disparar en la sociedad. En el portal número 1 volvió a cargar contra la puerta de un portal y de una vivienda. «He oído como explosiones, y he abierto la puerta de mi casa», cuenta Aitor, vecino del cuarto piso. «Me he dado cuenta de que eran dentro de mi edificio. Estaba en el segundo piso y ha disparado varias veces a la puerta donde ha hecho un boquete. La Ertzaintza los ha sacado de la casa», cuenta con el miedo «metido todavía en el cuerpo».

«Mi marido se ha cruzado con él, y me ha llamado. Enseguida he escuchado disparos», explica una mujer vecina del portal de al lado. «La Ertzaintza ha llegado rápidamente, nos gritaban que nos metiéramos dentro de casa. Venía a por el dueño de la casa. Porque no lo ha encontrado dentro, si no lo mata». Su pareja añadía que «ha pegado tiros al portal y luego a la puerta de la casa. Estaba dentro del piso, la policía le ha gritado y lo han sacado de allí. No sé qué le ha podido pasar por la cabeza para hacer todo esto».