Los dos procesados se acusan entre sí del asesinato

En cuanto a la mujer, que en el momento del crimen tenía 23 años, la defensa expuso que su defendida «sufre una discapacidad psíquica del 78%» y que «en el minuto a minuto de la película veremos que no todo está tan claro». «No digo que no haya cometido la acción –continuó–, pero sí que no tuvo ninguna otra opción porque tenía el convencimiento de que, si no hacía lo que el procesado le decía, la que iba a acabar muerta sería ella». La letrada admitió que la joven «dio varias cuchilladas» a Aintzane porque «se vio atrapada ante la posición de dominio y fuerza» de su pareja.

Por su parte, la defensa del acusado mantuvo la tesis contraria y señaló a la otra procesada como «la autora fundamental» del asesinato. «El único fallo» de su defendido fue «enamorarse de esta chica». Una mujer que, en su opinión, pretendía dar en la vista oral una imagen de vulnerabilidad, al haberse presentado «con el pelo recogido» y «con gafas». Pero lejos de esa imagen de «monja», se escondería una mujer «agresiva» y capaz de conducir «pese a no tener carné». Y puso en duda su presunta discapacidad al señalar que fue al entrar en prisión «cuando empieza a pedir la incapacidad».