Los dos edificios fantasma del Campanar amanecen sin llamas

Silvia Osorio

Viernes, 23 de febrero 2024, 08:33 | Actualizado 10:52h.

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Los dos edificios de Valencia devorados por el espantoso incendio que se desató en la tarde de este jueves han amanecido sin llamas, pero con un escalofriante aspecto. Todo está destruido. No queda nada. Solo permanece el esqueleto de los dos bloques de viviendas del barrio del Campanar que fueron pasto de las llamas con una virulencia inusitada y que, por el momento, ha dejado cuatro víctimas mortales y 19 desaparecidos.

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Las primeras imágenes tomadas en las primeras horas de luz del día son dantescas. El fuego ha dejado los bloques calcinados y abocados al derrumbe, con un color negruzco que pone de manifiesto la magnitud de la tragedia y con algunas columnas de humo que se divisan desde el exterior.

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La extinción del fuego ha sido muy laboriosa por la violencia de las llamaradas. Aunque ya no presentan llamas, el interior todavía continúa muy caliente y los bomberos siguen enfriándolo para poder entrar. Han permanecido toda la noche realizando labores para refrescar.

La zona permanece acordonada. Los bomberos inspeccionan con una grúa el edificio calcinado mientras las autoridades y los responsables de emergencias siguen reunidos en el puesto de mando avanzado, emplazado en los alrededores del lugar. Los vecinos del edificio siniestrado han pasado la noche fuera de sus casas, que ya no existen. Una parte se ha reubicado en domicilios de familiares y amigos; otros, en los hoteles dispuestos para su realojamiento.

El edificio calcinado en el barrio de Campanar es una promoción de lujo del boom inmobiliario en la Comunidad Valenciana. Las viviendas de la finca se vendían a 6.000 euros el metro cuadrado y terminó siendo entregada al banco a cambio de la deuda contraída ante la imposibilidad de venderlas. El bloque de 14 pisos arrasado por las llamas este jueves en Campanar, ubicado, en la rotonda de General Avilés con Maestro Rodrigo, fue levantado en 2008 por la promotora Fbex.

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La causa princial por la que previsiblemente el edificio ha prendido de forma tan rápida e incontrolada ha sido el material que revestía los dos bloques afectados. Según ha detallado una de las peritos que se han encargado de las inspecciones rutinarias del edificio de la avenida Maestro Rodrigo, Esther Puchades, debajo del alumunio hay poliuretano, un aislante altamente inflamable que ha podido facilitar la rápida propagación del fuego.El edificio es del 2008 y, según ha detallado la experta en À Punt, «entonces no estaba tan extendida la mala fama del poliuretano que tiene ahora». «Hoy en día ya no se utiliza en construcciones» , ha asegurado Rodrigo.