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Álvaro Rubio
Jueves, 7 de marzo 2024, 17:09
La Guardia Civil ha detenido a un hombre en Hinojal, una localidad cacereña de menos de 400 habitantes, relacionado con la desaparición de Vicente Sánchez, un vecino de 79 años al que se le perdió la pista el pasado 27 de enero y al que ... le había tocado un millón de euros en la lotería. El arrestado es José María Lindo, de unos 55 años y alguacil del Ayuntamiento del municipio cacereño, donde lleva tres décadas trabajando. Tiene mujer y un hijo. Y, al parecer, había participado en las labores de búsqueda del desaparecido.
Los agentes han realizado tres registros en Cáceres e Hinojal relacionados con el caso. En el pueblo, se ha registrado la casa de dos hermanos del detenido: una en la calle de la Cruz, donde solía pernoctar el arrestado, y otra en la calle V Centenario.
En la capital cacereña, también se ha registrado la vivienda que tiene el detenido. Durante los últimos meses, la persona arrestada se encargaba de traer a Vicente en su coche a Cáceres para realizar diferentes gestiones. La operación continúa abierta y la juez titular del juzgado ha decretado secreto de sumario en las actuaciones.
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Tal y como señala la alcaldesa, María Blanca Vivas, en estos momentos el pueblo está agitado a la espera de más detalles sobre estos registros, en los que también se han llevado un coche en una grúa.
A lo largo de este mes, la Guardia Civil desarrollado múltiples labores de búsqueda, algunas de ellas enmarcadas en operativos más específicos e intensos que han contado con refuerzos de recursos. Uno de ellos fue el dispositivo especial que se desplegó por los ríos Tajo y Almonte, cauces próximos al pueblo de Vicente. La búsqueda arrancó en el Club Náutico Tajomar, en el término municipal de Garrovillas de Alconétar, pero finalizó sin éxito.
También se han realizado varias batidas sobre el terreno para tratar de localizarlo. Se han rastreado pozos, charcas y los alrededores de Hinojal y localidades próximas en batidas con drones, perros adiestrados en la búsqueda de personas, cuerpos especiales de seguridad, bomberos y voluntarios.
Vicente era un hombre de rutinas muy marcadas, tal y como narró su hermana a este diario. Paseaba un poco pero apenas salía del pueblo, se tomaba alguna cerveza en el bar y lo más lejos que viajaba es a Cáceres, donde solía ir en autobús.
En la capital cacereña, iba habitualmente el centro comercial Ruta de la Plata y a algún bar. Según contó su sobrino, también aprovechaba para echar la quiniela y regresaba en el mismo autobús o con alguien del pueblo porque él no tiene carné de conducir.
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