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J. PEÑALBA
Lunes, 30 de octubre 2017, 07:26
Era uno de los hombres más buscados en Alemania. Se llama Sohail A., tiene 33 años y es de nacionalidad paquistaní. La Policía germana seguía sus pasos desde el lunes de la semana pasada. Aquel 23 de octubre su hija Aeysha, de dos ... años de edad, fue hallada sin vida en el domicilio conyugal, en Hamburgo. La pequeña había sido degollada. La búsqueda finalizó ayer, en Andoain, hasta donde el sospechoso había viajado.
El crimen, según recogen los medios alemanes, se cometió en la casa familiar. Entre los esposos se originó una discusión tras la cual la madre se dirigió a la comisaría, donde interpuso una denuncia contra su marido por presuntas amenazas. Tras ser informados de lo acontecido, agentes de policía se dirigieron al domicilio y fue entonces cuando hallaron el cadáver de la niña. Para entonces, el padre había logrado darse a la fuga, de manera que fue considerado el principal sospechoso del asesinato. La Policía desplegó un operativo para su localización que se extendió a todo el país.
Ante la sospecha de que pudiera haber cruzado la frontera se cursó una orden internacional de búsqueda entrada, en concreto una Euroorden. La Policía alemana intuyó que el presunto parricida huyó a Francia y después pasó a España, con cuyas fuerzas de seguridad ha trabajado en los pasados días de forma estrecha.
PRESUNTO CÓMPLICE
El hombre fue finalmente localizado en Gipuzkoa. Tras la llegada de la Euroorden, la Policía Judicial de Madrid tuvo conocimiento de que el sospechoso podría haber viajado a San Sebastián o a alguna localidad próxima a la capital. De esta forma, los agentes que se encargan de cumplimentar esta clase de órdenes de la Comisaría General de Madrid se trasladaron a Donostia y junto a sus compañeros de la capital donostiarra procedieron a su arresto. Este se llevó a cabo a mediodía, en Andoain, en la vía pública. En el momento de la detención Sohail se encontrada acompañado de otra persona, también de nacionalidad paquistaní, residente en Gipuzkoa, del que la Policía sospecha que podría haberle dado cobertura y le habría facilitado medios para mantenerse oculto. Ante esta sospecha, los agentes procedieron también al arresto de este individuo bajo la acusación de un delito de complicidad.
Tras la detención, el presunto asesino fue conducido a las dependencias policiales de la capital, al objeto de cumplimentar los trámites habituales dirigidos a identificar con absoluta certeza al individuo. Posteriormente, será trasladado al Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional en funciones de guardia, competente en la materia.
Según el diario alemán 'Bild', el sospechoso vivía en Hamburgo y había llegado a Alemania como refugiado en 2011.
El asesinato de la menor ha levantado una polémica entre medios de la comunicación alemanes y las autoridades de aquel país, después de que se conociera que el presunto parricida, tras serle denegada la solicitud de asilo, tenía que haber sido deportado en julio de 2012.
En aquellas fechas, de acuerdo a informaciones publicadas por la prensa germana, el acusado vivía en un centro de primera acogida para inmigrantes en Giessen, si bien más tarde se mudó a Darmstadt, donde residía un hermano suyo.
Ni la Oficina Federal de Inmigración y Refugiados ni el Ministerio del Interior han dado a conocer las razones por las que Sohail no fue deportado. Únicamente, la Autoridad de Extranjeros de Hamburgo ha reconocido su responsabilidad. Asegura que el caso acumula un amplio expediente y detalla que el acusado puso todo el empeño en dilatar el proceso de expulsión, tanto a través de la interposición de recursos legales como mediante otros pretextos como la de haber perdido los documentos relativos a su identidad.
Y mientras los trámites no hacían más que enredarse en la burocracia, Sohail A. contrajo matrimonio con su esposa Lubna, un año menor que él. La mujer reside en Alemania desde 1992 y según los medios locales, tiene cuatro hermanos y otro hijo, de 6 años, fruto de otra relación anterior. Las fuentes citadas indican que el acusado desempeñó diversos trabajos, uno de ellos en un restaurante de comida rápida en Pinneberg. «No bebía alcohol, no tomaba drogas, no jugaba», afirmó un cuñado suyo al periódico 'Bild'. «Es musulmán, pero no muy religioso y además es violento. Odiaba al hijo de Lubna», añadió el mismo familiar.
En este sentido, fuentes consultadas indicaron que el presunto asesino estaba también incurso en dos investigaciones preliminares, una por lesiones corporales contra el hijastro y otro por amenazas contra el cuñado. Estos incidentes llevaron a la Policía a poner los hechos en conocimiento del juez ante el que Sohail A. solicitó en abril un procedimiento urgente para quedarse en el país. El 13 de junio de 2017, el magistrado se opuso a la deportación.
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