Denuncian el posible envenenamiento a los migrantes argelinos arrollados en la muga con Francia

En concreto, el abogado de Burdeos Gabriel Lassort ha presentado hoy una demanda contra X por homicidio, poner en peligro la vida de otros, causar daños no intencionados y administración de sustancias nocivas, según publica 'Sud Ouest'. Lo hace en nombre del joven que sobrevivió al atropello, el padre de Mohamed Kemal, el hermano mayor de Fayçal Hamadouche –son los dos fallecidos cuya identidad fue confirmada por las autoridades– y las asociaciones Anafé, Cimade nationale y Le Gisti.

Lo cierto es que la hipótesis del envenenamiento fue planteada por el superviviente en el mismo hospital de Baiona donde fue intervenido varias veces de las lesiones sufridas. Ya en el instituto forense de Burdeos se practicó un análisis toxicológico a los fallecidos, y también se solicitó lo propio cuando los cuerpos fueron repatriados a Argelia.

El accidente tuvo lugar pasadas las 5 de la madrugada, cuando los cuatro argelinos dormían en las vías tras haber pasado la frontera por Irun. En el lugar del suceso, a menos de 500 metros de la estación de Donibane Lohizune, fue localizada la documentación de un quinto magrebí de 28 años, que huyó de la escena. Fue localizado dos días después por unos agentes de la BAC (brigada contra el crimen) en Baiona. Se trataba de un compatriota de las víctimas que la víspera había salido de la cárcel con motivo de un robo con allanamiento. En su declaración explicó que él fue el primero en despertarse, y estaba realizando unos estiramientos cuando llegó el tren, sin que tuviera posibilidad de despertar al resto del grupo, al que había conocido poco antes. De hecho, le pagaron para que ejerciera de guía, dado que conocía la zona y fue él quien les propuso avanzar por las vías para evitar posibles controles policiales de carretera.

Aunque la actuación de este quinto argelino, tanto antes como después del accidente, nunca ha resultado clara para el entorno de las víctimas, la denuncia no va directamente contra esta persona, sino contra X. Se trata de una fórmula que la legislación francesa permite para casos en los que la identidad del perpetrador de un delito no está clara, lo que impide posibles denuncias posteriores de este por una demanda calumniosa.

Según explica el letrado Gabriel Lassort, en este caso «surgen varias preguntas» para las que las víctimas pretenden encontrar una respuesta. Y en ese caso, pedir posibles responsabilidades. De entrada, el deseo del letrado es que los cuatro argelinos atropellados sean «reconocidos como víctimas».

A través de la demanda, se pretende aclarar si el argelino que huyó –que ya era conocido por la policía de Baiona– lo hizo antes o después del accidente. «¿Esta quinta persona pudo haber desempeñado un papel en lo que sucedió?», inquiere el abogado. También se lo sigue preguntando hoy el superviviente, quien sostiene que el resto del grupo de migrantes clandestinos siempre había extremado las precauciones para evitar los controles policiales. «Es impensable que los cuatro se quedaran dormidos. Y menos en las vías. Llevaban varios días viajando juntos. Siempre había uno vigilando. ¿Se durmieron o los hicieron dormir?», añade el letrado.

El argelino que resultó herido plantea que el quinto hombre les administró «sustancias nocivas» en sus bebidas, con el fin de que se quedaran dormidos para ser robados. «¿El único propósito de su intervención era sacarlos adelante o también despojarlos de sus escasos ahorros?», desliza el abogado bordelés.

En la demanda, también apelan a los sistemas de seguridad y acceso a la vía férrea, así como a varios puntos de la investigación que las víctimas consideran contradictorios.