Sólo el 4,4% de las mujeres mayores maltratadas denuncian su situación en los servicios sociales. mikel fraile

Una de cada cuatro víctimas de maltrato es mayor de 65 años

Un estudio revela que estas mujeres tienden a silenciar la violencia infligida por su pareja, al tener asumido el rol de dependiente y cuidadora

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Jueves, 11 de noviembre 2021, 00:53

«Me empujó un día desde una pared a la otra, unos 20 metros, bueno y más cosas, muchas humillaciones. Ahí empecé a pensar que cualquier día me echa por las escaleras para abajo. Y ¿qué va a pasar con mis hijos, mi padres...?». Esta ... duda, recogida por la asociación Argituz, se la plantea una mujer de 67 años agredida por su pareja.

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Este testimonio revela la realidad que viven muchas mujeres de más de 65 años. Según la última macroencuesta sobre violencia contra la mujer de la Delegación de Gobierno (2019), el 23,4% de las que sufren o han sufrido violencia de sus actuales parejas o pasadas son mayores de 65 años. Sin embargo, las que dan el paso de denunciarlo ante los organismos vascos de seguridad o servicios sociales apenas representan el 4,4%, según el estudio elaborado por Mentxu Hernando y Teresa Laespada a partir de informes de Emakunde.

Los motivos son variados, pero en gran medida están asociados al rol predominante que el hombre ha desempeñado social y económicamente durante el pasado siglo. Un constructo tradicional que para muchas se vuelve un grillete que les impide dar el paso de alumbrar su victimización.

Víctimas ocultas. La escasa conciencia sobre la violencia que sufren estas mujeres y la falta de un marco referencial sobre esa violencia en edades avanzadas hace que «ni ellas ni su entorno» identifiquen humillaciones, desprecios o violencia psicológica o sexual. «Solo en los últimos años» habrían sido identificadas como tales las violaciones y agresiones sexuales en el seno de la pareja.

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Violencia ocultada. El informe critica la querencia de investigaciones y estadísticas por «interrumpir la toma de datos en los 65 años». Sin embargo, estas mujeres perciben sufrir violencia de género «en mayor medida que las menores de 65».

Servicios sociales. El estudio pone el foco sobre la «infrarrepresentación» o «ausencia» de mujeres mayores en los servicios ofertados por las administraciones públicas. Y acude al trabajo de Emakunde (2020) que «muestra que la mayoría de las atendidas en su globalidad» en los servicios especializados «rondan entre 21 y 50 años», y «apenas hay atenciones en mayores de 65».

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Problema de identificación. En el caso de las víctimas mayores la de género «aparece en menor medida que la violencia intrafamiliar». Por ejemplo, el 13,4% que acuden a la Ertzaintza es por violencia en el seno de la familia, frente al 1,8% propiciado por la pareja.

Causas de la invisibilización. Una de las razones sería la existencia de «estereotipos o 'mitos'» que asocian la víctima «con ser joven y o con hijas/os», lo que excluye a las de mayor edad. Además, está el hecho de una posición socioeconómica en general más baja respecto al hombre, lo que agudiza su situación de dependencia.

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Repercusión en la salud. El estudio aprecia que los efectos de la violencia en mujeres mayores no difiere de otras edades, salvo cuando la situación se prolonga en el tiempo. Y alerta del riesgo de que profesionales de la salud tienden a atribuir estos problemas a un deterioro propio de la edad en lugar de a un posible efecto de la violencia de género.

Reclaman más apoyo institucional para identificar estos casos

El 59% de las mujeres mayores de 65 años maltratadas cree que «habría necesitado algo más» de ayuda institucional para no tener que empezar de cero a una edad tan avanzada tras poner fin a una relación de pareja, según un informe del Ararteko al que hacen referencia Mentxu Hernando y Teresa Laespada, que lamentan «la carencia de recursos adaptados a mujeres mayores que sufren violencia de género y respuestas específicas desde un enfoque interseccional».

«Los modelos tradicionales dirigidos a mujeres que sufren violencia en el ámbito de pareja deben ser revisados porque no incluyen a las mayores», dicen. Y abogan por «repensar» los patrones de atención teniendo en cuenta que el colectivo de más de 65 años sufre «desigualdades» según el «proceso vital» y el «entorno social».

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