«Con una cornada así es imposible salvarse»

Según relató el médico, intentaron taponar la herida para cortar la grave hemorragia, «pero una carótida rota sangra constantemente y de forma muy abundante, y en la zona donde se produjo la cornada es imposible hacer ningún torniquete», insiste. Le pusieron una vía para meterle suero y ganar algo de tiempo «pero se mete agua y sale sangre y en dos o tres minutos la persona muere desangrada».

El profesional explicó, además, que «cuando una persona sufre la rotura de la arteria carótida es imposible que nadie se salve ni aunque le pille a la puerta de un hospital, con cada latido el corazón bombea sangre que el paciente va perdiendo, por eso la muerte llega tan rápido».

Antona reflexionó, asimismo, sobre el aumento de cornadas en esta temporada taurina. «Está habiendo muchas este año y no está de más recordar el peligro que tiene un astado; parece que la gente está arriesgando en exceso, ha perdido agilidad después de tanto tiempo sin festejos o no es consciente realmente de las consecuencias mortales que pueden tener».

El director de lidia del festejo, Rubén López, también intervino de inmediato para intentar evitar la tragedia. Echó el capote a la vaca para evitar que se cebara con el hombre tendido ya en el suelo. Rubén consiguió que el animal se alejase, pero ya era tarde. «Todo pasó en un segundo. No fue nada espectacular, no le cogió ni le enganchó como sucede otras veces, fue una fatalidad», lamentó.