«He conseguido recuperar a mi hija, pero todavía tengo miedo»

Una batalla judicial sin precedentes. La expareja de José Manuel se llevó a la niña por la fuerza y la trasladaron fuera del país. A Nimes, en Francia. Interponiendo una barrera kilométrica entre ella y su padre. Tanto los tribunales franceses como los españoles se pronunciaron sobre el caso. Decisión uniforme. La custodia y la patria potestad de Saray le pertenecían a José Manuel después de haber sido sustraída ilegalmente por su madre.

El hombre llevaba más de un año con la misma rutina: llamaba diariamente a su abogada para que le dijera cuándo podía ir a recoger a su niña. A pesar de que la Justicia le hubiera dado la razón, tenían que esperar a que la decisión se trasladara a las autoridades para no tener problemas cuando acudieran a la localidad francesa a llevarse a Saray. «No se me olvidará en la vida esa llamada», cuenta emocionado José Manuel. No lo dudó. En cuanto le dieron vía libre cogió el coche y se desplazó a Nimes a por su niña.

Nunca tiró la toalla. Le arrancaron a la niña por la fuerza. A él y a su padre los golpearon cuando iban a llevar a la pequeña al colegio. La secuestraron. Los amenazaron para que dejaran de luchar. Nunca lo hicieron. Incluso la madre de la niña denunció a José Manuel acusándolo de ser un maltratador. Y la Justicia ya sentenció que no era cierto. También trató de justificar que se había llevado a Saray porque «corría peligro con su padre». Falso. Lo primero que dijo la niña al ver a José Manuel fue preguntarle: «Papá, ¿cuándo nos vamos?» Deseosa de estar con él y con su hermanito, al que casi no había podido conocer porque se la llevaron cuando el niño tan sólo tenía unos meses de vida.

Tras una espera que parecía infinita, por fin José Manuel vuelve a tener a su niña entre sus brazos. «He conseguido recuperar a mi hija, pero todavía tengo miedo. No sé de lo que son capaces. Ahora se dedican a amenazarme por redes sociales», cuenta el hombre. Sabe que va a ser una carrera de fondo. Pero está dispuesto a todo con tal de que Saray se críe en un ambiente tranquilo y lleno de amor. Y, sobre todo, cerca de su padre.

José Manuel no acudió sólo a por la niña. Después de la manera tan violenta en la que se la arrebataron de sus manos, temía que los familiares de su expareja le hicieran daño cuando fuera a recogerla. «Quería que el proceso fuera lo menos traumático posible para ella», cuenta José Manuel. Lo acompañó David V. G., un amigo suyo y escolta retirado y actualmente instructor de policías, para defenderlo en caso de que trataran de hacerle daño.

Sin embargo, consiguieron traer a Saray de vuelta a casa de manera pacífica. «Estaba muy nervioso por llegar. No sabía lo que pensaban hacerme ni si me entregarían a la niña por las buenas», confiesa el padre. Todavía se encuentra conmocionado. Ha sido un proceso muy largo hasta que ha podido reunirse con su hija. «Sé que esto no va a quedar así», comenta.

Por redes sociales, la familia de su expareja ha comenzado a compartir publicaciones tratando de desacreditar la decisión de la Justicia de que Saray se críe junto a su padre. Pero eso es una batalla que librarán más adelante. El paso más importante ya lo han conseguido.

«Ahora estamos intentando que Saray se habitúe a su nueva vida y que recuerde el español, ya que le hacían hablar en francés. Le contaron muchas mentiras y tiene que conocer la realidad, pero está encantada de volver a estar con nosotros y con su hermanito», comparte lleno de alegría José Manuel.