javier guillenea
Viernes, 11 de marzo 2022, 16:14
La Audiencia Provincial de Gipuzkoa ha condenado a nueve años de prisión al conocido como 'violador de Beasain', por la violación de una mujer en Lasarte-Oria el 1 de enero de 2015. Esta es la segunda sentencia condenatoria que recibe el acusado en una ... semana, ya que el pasado martes fue condenado a 15 años de cárcel por la agresión sexual a una mujer de Beasain perpetrada en julio 2019. Al procesado, considerado uno de los mayores depredadores sexuales que han actuado en Gipuzkoa en las últimas décadas, se le atribuyen otras tres violaciones por las que aún tiene que ser juzgado.
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La sentencia considera probado que G.G.C., un hombre de origen rumano, siguió la madrugada del 1 de enero de 2015 a una mujer que caminaba sola por el paseo contiguo a la estación de Eskotren de Lasarte-Oria, de regreso a su domicilio tras pasar la Nochevieja en compañía de sus amigos. Según el dictamen, «el acusado se colocó la capucha que portaba» y en unos soportales «la asaltó por la espalda» y le puso en la cara un paño impregnado de varias sustancias químicas con propiedades anestésicas.
La mujer «lanzó varios manotazos, intentó no respirar, si bien perdió rápidamente el conocimiento por la inhalación del producto impregnado en el paño, que anuló su conocimiento y capacidad de reacción, cayendo finalmente de rodillas al suelo». Después, el agresor violó a su víctima. «El ataque fue súbito, sorpresivo, por la espalda, sin que la víctima tuviera oportunidad real de defenderse, puesto que el método químico empleado para adormecerla le privó de sentido en pocos segundos, pero además, le provocó un sentimiento de indefensión que no podemos desdeñar al valorar la gravedad del hecho, puesto que situó a la víctima en un contexto de vulnerabilidad plena, y posterior falta de conciencia sobre la agresión sexual sufrida», indica la sentencia.
El tribunal señala en su escrito que, antes de cometer esta agresión, el procesado había seguido a otra mujer en el mismo lugar, pero desistió de hacerlo ante la aparición de una pareja en la zona, tal y como se percibe en las grabaciones de las cámaras de seguridad que se visionaron durante el juicio. Fueron estas imágenes las que llevaron a los agentes de la Ertzaintza que investigaron el caso a plantear «la hipótesis de que el sospechoso se ubicaba y encontraba siempre en una zona que le permitiera controlar el paso de mujeres solas».
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Las grabaciones también permitieron comprobar que «el modus operandi de esta agresión sexual era idéntico a otras que se habían venido perpetrando desde los años 2012, 2013 e incluso, en la Nochevieja del 2014, esta última en la propia localidad de Lasarte-Oria, y para una víctima que vivía en una plaza colindante con la aquí afectada». «Además de ser idéntico este modus operandi, en el que los ataques se producían básicamente en festivos, y vísperas de fiesta, siendo las víctimas mujeres solas, el cotejo del ADN hallado en una y otra agresión acreditaba policialmente que se estaba buscando a un único agresor serial», recuerda la sentencia.
Durante la vista oral, la víctima, que en el momento de los hechos tenia 21 años, declaró que en un primer momento la agresión que sufrió no se trató como una violación, que fue «muchos meses después», cuando se lo confirmaron. Según indicó entonces su abogada, la mujer había tomado la decisión de declarar en persona en el juicio «para ver la cara» a su agresor. «Por momentos y épocas vitales, ha estado en peor o mejor situación anímica: primero, sin querer salir sola de casa, luego forzándose a hacerlo, luego, cuando prácticamente el tema estaba en un cajón de la memoria, recibiendo y asumiendo el input de que había sufrido una agresión sexual por parte de un desconocido, con una última declaración en juicio, ante el mismo, para precisamente superar el tabú de haber sido violada por un fantasma», señala la sentencia.
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El ahora condenado fue detenido el 19 de julio de 2019 en Lazkao tras la violación de Beasain seis días antes. La investigación permitió detener a este sospechoso, que estaba supuestamente vinculado con numerosos delitos sexuales en distintos lugares de Gipuzkoa desde 2012. Fue entonces cuando se comprobó que su perfil genético coincidía con el encontrado en otros casos de violación, entre ellos el ocurrido en Lasarte-Oria.
Además de los nueve años de prisión como autor de un delito de agresión sexual con penetración, la sentencia condena a G.G.C. otros diez años de libertad vigilada que se ejecutará con posterioridad a la pena privativa de libertad, así como a inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, prohibición de aproximación a menos de 500 metros de la víctima, a su domicilio, a su lugar de estudios o de trabajo, y de comunicarse con ella por cualquier medio por tiempo de diez años adicionales a la pena de prisión. Además, deberá indemnizar a la víctima con 25.000 euros.
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