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Ana Bringas
Domingo, 10 de marzo 2024, 17:31
«Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar». Esa era la frase que Silvia López lucía en su perfil de WhatsApp. La misma que este sábado el sacerdote que ofició su funeral recordó para apuntar que «las personas ... que la conocíamos de cerca, sobre todo su familia, llevamos un mes de profunda tormenta, y vivir en borrasca es profundamente cansado». Castro Urdiales despidió a Silvia, asesinada hace un mes por su hijo mayor en uno de los crímenes más terribles que se recuerda en la villa, en un funeral religioso que congregó a un centenar de familiares y amigos en la iglesia del Sagrado Corazón, donde se sucedieron emotivos abrazos al marido de la víctima y sentidos saludos entre los presentes.
El religioso hizo referencia a las cruentas circunstancias del fallecimiento y la presión mediática que «nos ha dejado muy tristes». «Los comentarios sobre Silvia de personas que no la conocían no nos han ayudado a sobrellevar lo ocurrido», señaló en su discurso sobre el crimen sufrido por esta vizcaína.
Con el templo lleno, el sacerdote aseguró que este acontecimiento marcará a los presentes «para toda la vida», al tiempo que recordó la faceta religiosa de Silvia, quien sacaba tiempo para colaborar en actividades de la parroquia y ejercer como catequista. Una labor que compatibilizaba con su trabajo como celadora interina en la Unidad de Medicina Nuclear del Hospital de Cruces y atender a su familia. «Para la parroquia, las personas como ella son una bendición. Nos gustaría haberla tenido más tiempo entre nosotros», afirmo el religioso. Algo que ya no podrá ser «por razones que no podemos entender».
Para concluir, el cura invitó a los presentes al triduo de misas por el eterno descanso de Silvia, que tendrán lugar el lunes 11 y el martes 12, a las 19.30 horas de la tarde.
Desde el asesinato, ocurrido el pasado mes de febrero, nada ha trascendido sobre el caso más allá de la confesión del menor, reconociendo los hechos. La Fiscalía sigue practicando diligencias de investigación para esclarecer las circunstancias en las que se produjo el crimen. Por su parte, el hijo mayor de Silvia se encuentra en un centro de internamiento donde permanecerá seis meses. En su confesión, el adolescente ofreció todo tipo de detalles sobre cómo sucedieron los hechos. Según relató, tanto él como su hermano pequeño sufrían «violencia física y psicológica» por parte de sus padres durante años. «Las agresiones físicas eran continuas y consistían en bofetadas y en golpes con una zapatilla en los antebrazos», aseguró el joven
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