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RUBÉN GARCÍA BASTIDA
Viernes, 7 de enero 2022, 08:08
El anestesista que participó en la lipoescultura a Sara Gómez, la vecina de Alcantarilla que falleció el pasado 1 de enero con motivo de las graves heridas que sufrió durante esta intervención estética, advirtió al cirujano de que la paciente sufría episodios de hipotensión ... y que la grasa extraída tenía color sangre, motivo por el cual llegó a instarle a acabar con la intervención. Así figura en una comparecencia que este sanitario realizó ante la Consejería de Salud cerca de dos semanas después de la operación, según informó a este periódico el abogado de la familia, Ignacio Martínez, letrado de la Asociación Defensor del Paciente, motivo por el cual la acusación presentó este pasado miércoles una ampliación de la denuncia donde reclama que este profesional sea llamado a declarar como imputado por homicidio imprudente.
Estas afirmaciones entran en contradicción, según destaca el abogado, con el contenido del informe que el propio anestesista realizó previamente y que «se adjuntó a la historia clínica», donde señalaba que la intervención había transcurrido con «ausencia de complicaciones».
Martínez subraya su extrañeza ante la propia elaboración de dicho informe por parte del anestesista «sin que nadie se lo hubiera pedido». «Como si se estuviera adelantando», asegura. «Nosotros solicitamos la historia y dentro ya venía ese informe, al más puro estilo 'excusatio non petita'», detalla el letrado.
Ante la Consejería, en cambio, el sanitario explicó que tras cuatro horas y media de operación, una hora antes de que se diera por completada, tuvo que administrar fármacos para combatir la hipotensión detectada en la paciente. «Son informaciones totalmente incompatibles entre sí», destaca Martínez.
La acusación considera, tras analizar estas declaraciones ante la Consejería, que el anestesista «tenía conocimiento suficiente de que se estaba lesionando a la paciente, de que se estaba desangrando, y no hizo lo suficiente». «Creemos que debía haber hecho más por parar aquello, así como por que se la hubiera enviado antes al hospital Santa Lucía, puesto que el control de constantes de la paciente tras la operación en la clínica Virgen de la Caridad corría a su cargo», subraya.
Sara Gómez falleció tras pasar casi un mes ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital cartagenero, donde entró con graves daños en riñones, hígado, colon, pulmones, intestino y duodeno. El cirujano, Javier Alejandro M., compareció este miércoles en el juzgado de instrucción de Cartagena, que le ha privado de su pasaporte y le ha prohibido salir de España como medidas cautelares.
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