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J. A. MARRAHÍ , J. BATISTA y A. CHECA
Jueves, 9 de noviembre 2017, 07:51
Llantos, gritos, carreras y mucho dolor. Las madres que estaban recogiendo a sus pequeños en el vestíbulo del centro de Infantil y Primaria para niños de cinco a once años de Elda (Alicante) contemplaron una trágica e impactante escena. «¡Mamá, mamá...!», repetía una ... y otra vez, impotente, desesperado y entre lloros, el pequeño de tres años hijo de la mujer tiroteada y del presunto agresor al entrar corriendo en el colegio. Jessica Bravo, de 28 años, ha muerto este jueves al no poder superar las graves heridas sufridas.
Según los testigos, el menor contempló cómo su padre asaltaba a su madre en la calle cuando esta fue a recogerlo. Luego salió despavorido hacia el centro escolar, donde pidió ayuda a las madres y personal educativo. El colegio fue un incesante goteo durante toda la tarde de padres yendo a recoger a sus hijos entre el nerviosismo y el miedo, además de corrillos contemplando la labor policial y peticiones de información sobre lo ocurrido a los responsables del centro.
El trágico suceso había comenzado poco antes. Cinco disparos de un maltratador a su expareja a las puertas de un colegio y en presencia de su propio hijo de tres años. La barbarie de la violencia machista vivió ayer un nuevo y doloroso giro de tuerca. Imanol C. S., de 31 años, tiroteó a su expareja, Jessy B. C., de 28 en el preciso instante en el que la víctima acudió al colegio para recoger al hijo en común. Tras herirla gravemente, se quitó la vida en el interior de su coche. La vida de la joven pendía de un hilo este miércoles y finalmente ha fallecido.
Los hechos se produjeron en torno a las cinco de la tarde, a las puertas del colegio de Educación Infantil y Primaria Santo Negro de Elda, en la avenida Condes de Elda. Como cada tarde, la madre acudió a recoger al menor. Jessy ya había sufrido el azote de los malos tratos por parte del sospechoso, pero esta vez todo fue por sorpresa. A traición. Preparado para matar con una pistola de nueve milímetros.
Según las investigaciones policiales, Imanol se presentó en coche a la puerta del colegio cuando sabía que iba a encontrarse con Jessy. Apagó el motor y lo estacionó encima de una acerca cercana. Llegó a la hora exacta en la que ella se lo llevaba. Le dio igual estar rodeado de testigos. Le dio igual que estuviera su hijo delante. Y que viera lo que iba a hacer. El agresor fue directamente a por ella. Se acercó a su ex pareja y la apuntó con la pistola. Cinco tiros alcanzaron a Jessica.
Tras el brutal ataque, y de acuerdo con las mismas fuentes, Imanol volvió al coche y avanzó a gran velocidad por la avenida Condes. Por sus maniobras, se sospecha que pretendía regresar de nuevo al colegio, probablemente para tratar de huir con el pequeño. Sin embargo, acabó estrellándose junto a una de las vallas del centro escolar en la avenida y saltó el airbag. Al principio, todos pensaban que se trataba de un accidente fruto de la precipitada huida. La policía extremó cautelas a la hora de aproximarse al coche.
Sólo entonces, al llegar al vehículo, comprobaron que el homicida también presentaba una herida de bala. La sospecha inicial era que el arma que llevaba en la mano podía haberse disparado de manera accidental por el choque contra el muro, sin embargo los policías comprobaron que la herida provocada por el arma de fuego era en la boca, un punto propio de las acciones suicidas. Así pues, todo apunta a que Imanol se quitó la vida.
En pocos minutos, el revuelo se adueñó de la zona. Policías, ambulancias, niños, profesores... Y entre todos ellos, la consternación y la rabia contenida y el miedo. En la mayoría de los casos, padres y madres trataron de apartar a sus hijos de la dolorosa escena, marchándose con premura y luchando por explicar lo inexplicable ante la lógica curiosidad de los muchachos.
Los equipos sanitarios de urgencias desplazados al lugar lucharon durante más de una hora por salvar la vida de la pareja. A ella intentaron reanimarla en una ambulancia y a él, cuando estaba tendido en la acera. El agresor falleció minutos después, según fuentes policiales. A Jessy la evacuaron con un hilo de vida al cercano Hospital Virgen de la Salud, a unos 500 metros de la escena del crimen. Las últimas informaciones se referían a un estado de gravedad extrema y la mujer se encuentra en estado de coma y conectada a una máquina que le mantiene con vida.
Agentes de la Policía Local y la Policía Nacional colaboraron mano a mano acordonando la zona, tratando de proteger a los niños de la terrible escena.
Según fuentes policiales, Jessy ya había denunciado a Imanol por malos tratos, lo que desembocó en una orden de alejamiento. No podía acercarse a 300 metros de ella ni comunicarse con la víctima. Sin embargo, la víctima había recibido llamadas hace pocos días y denunció el quebrantamiento de dicha medida cautelar. Al parecer, y siempre según las mismas fuentes, Jessy interpuso una denuncia ante la Guardia Civil de Novelda por esas llamadas telefónicas y acabó detenido. Ayer por la mañana fue puesto ante el juez, pero salió en libertad.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia ( TSJCV) confirmaron que el hombre tenía en vigor dicha orden de alejamiento dictada por un juzgado de Novelda tras el episodio de malos tratos. Indicaron que la mujer había denunciado recientemente ese quebrantamiento porque había recibido llamadas, pero no directamente de él, sino de terceras personas, en las que no consta que fuera amenazada. En efecto, el TSJCV ratifica que al hombre se le detuvo por ese supuesto incumplimiento y se le dejó en libertad posteriormente manteniendo en vigor la misma medida cautelar.
La víctima residía en la localidad de Monforte del Cid tras separarse de Imanol, un eldense que tiene dos hijos fruto de una relación anterior. Según vecinos del pueblo, era conocida su afición por el mundo de los gimnasios. No tenía licencia de armas ni hay constancia de que poseyera pistola registrada, por lo que todo apunta a que alguien le prestó el arma o la consiguió en el mercado negro.
Ante la gravedad de los hechos, el Ayuntamiento de Elda ha convocado para hoy a las 20 horas una concentración a las puertas de la casa Consistorial «para que todos los vecinos puedan mostrar su repulsa por este acto y a la vez su solidaridad con la familia y especialmente con el hijo de la víctima», tal y como informó ayer la corporación en un comunicado. Además, el alcalde Rubén ha convocado de manera urgente a la Junta de Portavoces, a la que propondrá la elaboración de una declaración institucional condenando el caso. Por la tarde, acudió al centro educativo donde se reunió con la directora y demás miembros de la comunidad educativa, a los que mostró «su firme condena» ante un hecho «deleznable».
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