Otra amante de Javier Ardines declarará a puerta cerrada

Fue ella misma la que solicitó al magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial que su intervención sea a puerta cerrada «para preservar su intimidad». Está citada como testigo y a lo largo de todas las sesiones los abogados que defienden a los cuatro acusados han intentado centrar en ella las sospechas para exculpar a sus clientes.

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Ayer mismo, a las dos agentes de la Guardia Civil que declararon tras el relato de Katia B., los letrados les preguntaron por A. y por qué no aparecía reflejado en los atestados policiales que mantenía una relación íntima con la víctima, pese a que su ADN apareció en el cuerpo y la ropa de Javier Ardines y también en las vallas con los que supuestamente los sicarios le obstaculizaron el paso para que se tuviera que apear de su vehículo. «En la primera declaración no se puso porque estábamos en el inicio de la investigación y no queríamos aportar más dolor a la familia de la víctima. En la segunda declaración sí se anotó, pero no le dijimos que su ADN había aparecido en el lugar de los hechos porque el tema estaba bajo secreto de sumario y ese tipo de datos no se dicen a las personas a las que se les toma declaración, sería tirar piedras sobre nuestro propio tejado», señaló una de las agentes.