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Los dos acusados de matar a Aintzane Pujana tenían a la víctima retenida a la fuerza y la obligaban a mantener relaciones sexuales con terceros para su propio beneficio económico. Pero no era la primera vez que la joven pareja explotaba sexualmente a una mujer. ... De hecho, poco antes de que ocurriera el terrible crimen en Aizarnazabal, coaccionaron a otra de la misma manera, aunque esta logró escapar de ellos.
Fuentes cercanas al caso afirman que durante las investigaciones llevadas a cabo por el crimen de la donostiarra de 32 años, que apareció apuñalada el pasado 4 de enero, se descubrió que los acusados tenían antecedentes por los delitos de retención ilegal y explotación sexual, los cuales se les imputan además del homicidio de Aintzane. Concretamente, constaba una intervención de la Ertzaintza en el mes de noviembre, por una mujer que estaba siendo presionada violentamente para prostituirse.
Las citadas fuentes señalan que los acusados utilizaron el mismo 'modus operandi', ya que convivían con la mujer, de 35 años, en un agroturismo situado en la zona de Donostialdea. A través de internet contactaban con clientes, y se desplazaban a sus domicilios particulares para que se llevasen a cabo las relaciones sexuales. La mujer era agredida físicamente si se negaba a cumplir con las exigencias de los inculpados, un hombre y una mujer de 24 y 23 años que el viernes pasado ingresaron en la prisión de Martutene. Todo el dinero que obtenían de los encuentros era manejado por ellos.
Fue tras una de esas palizas cuando la mujer, a la que habían quitado el móvil para que no pudiera comunicarse, logró alertar de lo ocurrido a personas de su entorno, que pudieron sacarla del lugar antes de que las agresiones fueran a más. Dichas fuentes señalan que la mujer se ha recuperado y se encuentra bien.
En noviembre La Ertzaintza fue alertada de que una mujer estaba siendo presionada para prostituirse
Víctimas Buscaban mujeres en situación de vulnerabilidad a las que poder coaccionar
Proxenetas Los investigadores sospechan que la pareja se dedicaba a la prostitución ilegal de personas
Asimismo, el perfil de las víctimas también coincide. La pareja de acusados buscaba mujeres en situación de vulnerabilidad, a las que poder chantajear e intimidar con facilidad. La hipótesis que manejan los investigadores es que los detenidos se dedicaban a la prostitución de menores, por lo que no descartan que hayan podido explotar a más mujeres anteriormente.
No obstante, aparte de la intervención policial del pasado mes de noviembre, entre los antecedentes de los inculpados no constan delitos similares ni tan graves como de los que se les acusa ahora, aunque eran delincuentes habituales conocidos por la policía. De hecho, en su historial delictivo constan múltiples actuaciones que realizaron de manera conjunta, muchas de ellas en Errenteria, de donde son originarios.
Un historial que sorprende por su juventud y al que ahora suman tres presuntos delitos por los que podrían cumplir más de 25 años de prisión. El pasado viernes la jueza titular del juzgado de Instrucción número 1 de Azpeitia decretó su ingreso en prisión incondicional, comunicada y sin fianza. Desde el departamento de Seguridad comunicaron que ambos estaban acusados de ser coautores del homicidio de Aintzane Pujana, vecina de San Sebastián de 32 años. Pero este periódico ha confirmado que además de matar presuntamente a la mujer, la tenían retenida contra su voluntad y la obligaban a prostituirse, por lo que se les imputan otros dos delitos de retención ilegal y explotación sexual de la víctima.
La investigación
Desde que el cadáver de Aintzane Pujana fue hallado junto al río Urola el pasado 4 de enero con más de seis puñaladas, la investigación se centró en torno a la casa rural Haizeaberri, donde la víctima residía desde principios de diciembre junto a otras dos personas. Los agentes del Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Ertzaintza en Gipuzkoa tomaron declaración a los dos jóvenes, quienes indicaron que Aintzane se había marchado de casa el día 1 de enero y que no habían vuelto a saber de ella. Los agentes inspeccionaron a fondo su apartamento y su vehículo, donde encontraron restos de sangre de la víctima, pese a que los acusados habían tratado de eliminar pruebas con lejía.
Asimismo, el día 2 de enero, tras haber cometido presuntamente el crimen, una patrulla les identificó mientras estaban arrojando objetos al mar en Getaria. En la zona se encontraron diferentes objetos personales de la víctima, entre ellos su tarjeta Mugi.
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