![La acusada de decapitar a su novio en Castro «no presenta alteraciones psicopatológicas agudas»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202110/29/media/cortadas/merino29-k7cD-U1509833626950EB-1248x770@El%20Correo.jpg)
![La acusada de decapitar a su novio en Castro «no presenta alteraciones psicopatológicas agudas»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202110/29/media/cortadas/merino29-k7cD-U1509833626950EB-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Cuando el 29 de septiembre de 2019 se destapó uno de los crímenes más escalofriantes que se recuerdan en Cantabria, el de la decapitación de Jesús María Baranda, empezaron a sucederse diferentes hipótesis sobre cómo acabó en una caja la cabeza del jubilado vizcaíno de ... 67 años, que residía en Castro Urdiales. A día de hoy, y pese a que la Guardia Civil ha llegado a la conclusión de que Carmen Merino -novia del finado- es la supuesta autora del crimen, todavía hay muchas incógnitas sin despejar. Entre ellas, dónde está el resto del cuerpo y por qué habría cometido este espeluznante asesinato.
También se ha especulado sobre el estado mental de Merino, que en los dos último años ha guardado silencio, salvo en la comparecencia que realizó hace casi un año en sede judicial donde aseguró que no tuvo nada que ver con la muerte de su novio. «No he tenido nada que ver» con la muerte de Jesús Mari, dijo entonces, y calificó su relación de «estupenda, maravillosa, vinculada al amor». «Nos queríamos muchísimo», afirmó.
Este diario ha tenido acceso al informe médico-forense que encargó el juez el 1 de octubre de 2019 -cuando Merino ingresó en la prisión de El Dueso (Santoña)-, para determinar el estado físico y psicológico de la mujer. La conclusión de los dos médicos forenses que la examinaron fue que «su estado físico y psicológico en el momento del reconocimiento se encuentra dentro de la normalidad» y que «no presenta alteraciones psicopatológicas agudas». En el momento del reconocimiento médico, la encausada, natural de Cádiz, viuda. separada en 2001 y madre de dos hijos, tenía 61 años. Su relación sentimental con Jesús Marí se remontaba al 16 de noviembre de 2011, cuando empezó a convivir con él en Castro Urdiales.
En cuanto a sus antecedentes médicos, en el momento de ingresar en prisión estaba siendo tratada con antidepresivos y ansiolíticos y se encontraba en seguimiento por parte del médico de Atención Primaria y Psicología Clinica desde marzo de 2019 (cuando ya se perdió la pista de Jesús Mari) «por sintomatología ansioso-depresiva relacionada con la desaparición de su pareja». En 2006 comenzó un tratamiento ansioso-depresivo por un problema familiar (su hija estaba enferma y su marido tenía problemas con el alcohol).
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