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Reciclar, reparar, reducir. Estas son las tres 'r' que según los expertos podrían ayudarnos a mejorar la salud de nuestro planeta, amenazada por el cambio climático y un consumo descontrolado de todo tipo de productos. Las campañas de concienciación han hecho especial hincapié en el ... reciclaje y en reparar el daño causado, pero no tanto en qué y cómo compramos. Con el fin de mejorar el comportamiento respecto a nuestros hábitos de consumo, expertos en áreas como la tecnología, la moda, el turismo o la vivienda nos plantean una serie de ideas para lograr que el impacto en el medioambiente sea el menor posible.
España produce 74.000 toneladas de basura electrónica al mes. En solo medio año seríamos capaces de llenar el carguero más grande del mundo con ordenadores, frigoríficos, tablets, teléfonos móviles… Esto lleva aparejado otro problema: solo se reciclan el 17,4% de sus componentes. Fernando Tucho, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y miembro fundador del colectivo impacTIC, que estudia el impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), aconseja alargar al máximo la vida de los teléfonos móviles. «El mayor impacto de un smartphone está en su fase de producción: abusos en la extracción de las materias primas y en la fabricación, contaminación de los entornos…», destaca. Y en caso de necesitar cambiarlo por otro modelo, lo más recomendable es «elegir productos reacondicionados o de fácil reparación». La otra medida que plantean los expertos es reducir el consumo de vídeos 'online'. «Internet necesita mucha energía para funcionar y eso conlleva altas emisiones de gases de efecto invernadero. El vídeo online es el que más energía demanda», añade.
El sector de la moda es uno de los más contaminantes, con productos que se usan durante una temporada y después se tiran para dar paso a las siguientes prendas de moda. La apuesta de Nadège Seguin, coordinadora nacional del movimiento Fashion Revolution España, pasa por crear 'armarios cápsula', un número limitado de prendas básicas y combinables entre sí. «La idea es tener menos piezas pero que sean mejores tanto para ti como para el planeta». Otra opción para evitar el consumo desproporcionado de ropa es arreglar los pequeños desperfectos que presenten las prendas en lugar de comprar otra nueva. Intercambiar la ropa también ayudaría a reducir los residuos.
La vivienda es otro foco importante de consumo de energía. Cuanto más eficiente sea nuestro hogar, menor será nuestra huella ecológica. Iñaki Alonso, arquitecto y fundador de sAtt Arquitectura, aconseja el uso de «materiales ecológicos y renovables como la madera certificada, que, además de ser más sostenible, es más saludable por su menor contenido de sustancias tóxicas». También resultaría muy útil sustituir los combustibles fósiles por energías limpias. «Evitamos la emisión de dióxido de carbono y mejoramos la calidad del aire que respiramos en las ciudades», destaca.
El 'greenwashing' es una estrategia de marketing empleada habitualmente en el sector cosmético para hacer creer al consumidor que un determinado producto es respetuoso con el medio ambiente cuando, en realidad, no lo es o, al menos, no tanto como quieren hacer ver. En este sentido, Montse Escutia, directora del departamento técnico de la asociación Vida Sana, apuesta por «elegir siempre cosmética certificada. Asegúrate, además, de que el producto que compras sea vegano, y esté acreditado también como natural o ecológico».
Las vacaciones son otro gran foco de actividades poco respetuosas con el planeta, empezando por la forma en la que nos desplazamos a los destinos elegidos. Natàlia Oriol, educadora ambiental en PlasticFREEwave, aconseja «moderar el consumo energético, rechazar los plásticos de un solo uso y evitar el transporte privado». Respecto a las actividades que se pueden realizar en los lugares que visitemos, aconseja «renunciar a montar en elefante o en camello, nadar con delfines... Son propuestas que fomentan su explotación».
Lo que comemos también tiene un importante impacto en el entorno. Un consumo responsable implica, según Helena Cifre Sapena, coordinadora de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología (SEAE), «escoger alimentos ecológicos, de temporada, proximidad y con poco envasado. De esta forma contribuimos al cuidado del medio ambiente, de los recursos y de la propia salud -lo ecológico se cultiva sin tóxicos- y también al desarrollo rural sostenible del entorno cercano», concluye.
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