Julene Álvarez tiene 20 años, vive en Zelaieta, Abadiño, y trabaja en Txibila, empresa de mecanizado y montajes que tiene Lantegi Batuak en esta localidad del Duranguesado. Es una de las 8.153 personas que se ganan la vida en Euskadi en algún centro especial ... de empleo. La joven es una más en la compañía, en la que lleva ya «dos años», primero en el taller ocupacional y, desde 2021, a pie de máquina. Ni su discapacidad intelectual ni su condición de mujer la han impedido luchar por lo que le gusta, y pasa su jornada laboral en una sección, de montajes y estuchados, tradicionalmente masculinizada.
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En esa zona del taller «siempre ha habido hombres; yo he sido la primera mujer», destaca Álvarez, amante de dar paseos y de disfrutar de la compañía de sus amigos. Ahora no es la única, ya que tiene una compañera, y realizan «trabajos manuales y alguno con maquinaria, prensas y utillajes».
Por sus manos pasan mangueras de butano, cerraduras de lince y llaves de perro para diferentes empresas. Es lo que le gusta, «sobre todo las cerraduras». Desde que empezó en el servicio ocupacional, y posteriormente en el centro de empleo, ha podido «probar muchas cosas», afirma. Reconoce por eso mismo, porque disfruta con lo que hace, que va «contenta a trabajar». Además, ha creado «una cuadrillita» con sus compañeros, así que el ambiente también acompaña.
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