«Me voy satisfecho de no haber fallado a las familias de los compañeros asesinados»

- Ninguna de ellas. Lo dejo con satisfacción y orgullo y ganas de que el equipo que venga, que va a ser dirigido probablemente por Sergio Gómez de Segura, lidere el futuro del sindicato con éxito en representación de todos los policías vascos.

- ¿Deja más amigos o enemigos?

- Muchos más amigos. Hoy me lo ha demostrado mucha gente, incluso políticos con los que he tenido grandes confrontaciones y la mayoría de los delegados sindicales. Me siento muy valorado. Me han mandado mensajes de agradecimiento. También de un sindicato. Aunque ahí igual sí dejo enemigos porque me han visto como la persona que les frenaba sus aspiraciones personales.

- ¿Cómo ha cambiado la Ertzaintza desde que llegó?

- Se ha modernizado y profesionalizado. Los equipos de investigación de la Policía de lo Criminal, de Tráfico, la Policía Científica son grandes profesionales formados y creo que hacen un trabajo espléndido. Hay también déficit de formación. No se tiene en cuenta a los que se jubilan con años de experiencia. Es un error de los políticos, que miran a corto plazo y no piensan en el futuro y en el servicio público.

- ¿Ha habido más sinsabores o alegrías?

- ¡Buf! Complicado. Hemos vivido una etapa de terrorismo muy dura a nivel personal y sindical. Intentas todos los días ayudar a esas familias de compañeros asesinados. Por una parte está el dolor y por otra la satisfacción de no haberles fallado y no dejarles solos.

- Compañeros asesinados a tiros, coches bomba al paso de furgones llenos de ertzainas, un agente abrasado, otros en la UCI con covid. ¿Qué ha sido lo peor?

- El abandono por parte de los responsables políticos todos esos años. Con cada asesinato se mejoraban las condiciones de seguridad sobre el sacrificio de aquellos que habían pagado con su integridad, como Jorge Díaz, Ana y Javier... Los chalecos antibala, los coches blindados, el material ignífugo lo conseguimos después. Nos mandaban de cualquier manera. Nunca han pedido perdón ni lo han compensado. Cuando nos quemaban los coches, nos investigaban más a nosotros que a los autores.

- ¿Cuál ha sido el mayor éxito del sindicato?

- El acuerdo para el adelanto de la jubilación a los 60 para los ertzainas en el pacto de Toledo en 2007, que 11 años después se extendió a las policías locales. Y las 35 horas semanales. Pero me ha dolido mucho no poder acordar una carrera profesional.

- En las últimas elecciones sindicales perdieron parte de su hegemonía de los últimos 20 años. ¿Su marcha puede agudizar esa debilidad?

- Lo contrario. Nos cambiaron la fecha de las elecciones para que no votara la última promoción que salía de la academia. Erne no obliga a sus afiliados a votar y el covid también afectó. Se redujo la participación. Pero tenemos más afiliados que nunca, 3.300, hemos crecido en 540.

- Ha ejercido un auténtico contrapoder. El Parlamento europeo se reunió con usted.

- Sí, con López Aguilar, responsable de Seguridad porque denunciamos que la respuesta inmediata ante un atentado yihadista estaba en manos de la seguridad ciudadana, con agentes sin preparación ni armas largas. En menos de un año, montaron el PRI (Patrullas de Respuesta Inmediata). No creo que sea un contrapoder trabajar para mejorar la vida de los ciudadanos frente a la parálisis en la gestión.

- ¿Por qué les resulta tan difícil llegar a acuerdos con el Departamento de Seguridad?

- Un responsable dijo: 'Los sindicatos tienen demasiado poder. Hay que frenarles'. No quieren que intervengamos en el diseño de las políticas de seguridad, aunque seamos los representantes de los trabajadores y podamos aportar ideas para mejorar. La arrogancia política no busca entendimientos. Tenemos un convenio caducado hace diez años. No dan valor a nuestro trabajo.

- ¿Con qué consejero de los seis con los que ha coincidido se ha llevado mejor?

- Con Rodolfo Ares. Pese a las discrepancias, no dejó nunca la interlocución con los sindicatos, lo que nos llevó a muchos acuerdos, como el adelanto de la jubilación y el convenio SAN (reducir las noches a los ertzainas a partir de los 57 años). No ha sucedido nunca con los otros cinco por la arrogancia política de quienes quieren poner freno a Erne. Con Balza, hubo buena sintonía al comienzo de la legislatura, con Estefanía, a raíz de las concentraciones decidimos que nos teníamos que entender. Pusieron a Gervasio Gabirondo en la dirección de la Ertzaintza y fue una rémora. Erkoreka al principio nos citó a todos en Lakua. Es educado y escucha, pero me ha defraudado. Es el departamento de la imagen, no de la mejora de las condiciones laborales.

- A diferencia de otros cuerpos, la Ertzaintza no cuenta con una unidad para investigar atentados no resueltos. ¿Por qué?

-Son déficit injustificables. No hay una unidad antidroga siendo una policía integral, salvo Hermelo y su equipo en Bilbao, que se utiliza para todo el País Vasco. No entienden que la droga llama a otro tipo de delitos contra la integridad, sexuales... No sé si por ignorancia o dejadez. Hemos pedido también otra específica de menores, para controlar a las bandas, y nunca han querido.

- ¿Se lleva algún secreto?

-¡Buf! Muchos, algunos inconfesables. No puedo traicionar a esas personas.