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A. Cubillas
Martes, 18 de septiembre 2018, 01:16
La Diócesis de Astorga ha prohibido al sacerdote José Manuel Ramos Gordón el ejercicio público del ministerio pastoral durante diez años y le impone la obligación de residir en un monasterio fuera de la diócesis de Astorga durante diez años. Este cura fue acusado de ... abusar al menos de dos menores durante su etapa como profesor en el Seminario Menor de La Bañeza y también en el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria entre los años 1981 y 1984. Es la conclusión de la investigación llevaba a cabo por el Vaticano, en la que han participado expertos juristas extradiciocesanos, y que ha dado por probados los hechos que denunció un exalumno del centro zamorano.
Así lo confirmó ayer el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, que trasladó personalmente la decisión adoptada al denunciante, «al que expresé mi dolor por la gravedad del delito cometido, le pedí perdón en nombre de la comunidad diocesana y me puse a su disposición para acompañarle en lo que pueda hacer».
En el marco de la investigación, José Manuel Ramos Gordón «no aclaró suficientemente los hechos y en ningún momento confesó ser autor de los abusos denunciados por la víctima el 21 de febrero del 2017, como si reconociese los cometidos en el seminario bañezano». En cualquier caso, según remarcó el obispo y en base a las circunstancias que concurrían en torno al caso, tanto los asesores como los delegados concluyeron que existía una altísima certeza moral de la existencia de los abusos.
Transcurrido este periodo, continuó el obispo, el sacerdote podrá volver a la diócesis «para residir en la casa sacerdotal, aunque solo podrá celebrar la eucaristía fuera de la casa con la autorización expresa». Se trata de una «pena dura», aunque no la máxima, la expulsión, que no se ha barajado, según informó el obispo de Astorga, porque los hechos se remontan 35 años en el tiempo y tras demostrar que Ramos Gordón ha vivido un sacerdocio «normal y positivo», en su última etapa.
El obispo de Astorga manifestó su firme condena por unos hechos que ha calificado de «vergonzosos», al tiempo que reafirmó su decisión de luchar contra los delitos de índole sexual «por todos los medios legítimos». En este contexto, aseguró que aún sigue a la espera del resultado de la investigación sobre los abusos ejercicios en el Seminario de la Bañeza por el educador Ángel Sánchez Cao, hoy cura destinado al Barco de Valdeorras (Lugo). Tras la denuncia por «abusos y tocamientos» interpuesta por el exseminarista Emiliano Álvarez, la diócesis abrió una investigación, que está bajó secreto pontificio. «Una vez que tengamos las conclusiones, daré cuenta de ellas públicamente», señaló Menéndez.
El obispo hizo suyas las palabras del Papa Francisco. «Mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño pasado. Mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones, no solo no se repiten, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse».
Por último, pidió a todos los fieles, sacerdotes, consagrados y laicos que acompañen en el dolor a las víctimas de los abusos con la oración y la penitencia y pidan la conversión para el sacerdote que cometió tales delitos. «A los cristianos y sociedad que se haga todo lo posible para garantizar y proteger la integridad de niños y adultos en estado de vulneración, así como la tolerancia cero a la que reiteradamente se refiere el Papa Francisco», concluyó el obispo.
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