«Volveremos al trabajo el lunes con precaución, pero también con calma»

Con esa incertidumbre programa la reapertura de sus 22 plantas la Corporación Mondragón. El grueso de sus fábricas está en Kunshan, a unos 800 kilómetros de Wuhan, y «ninguna» en el epicentro de la epidemia. La vuelta a la actividad se realizará siguiendo las pautas marcadas por la Administración china. Entre ellas, el control de que los empleados no se quiten la máscara para prevenir el contagio de esta infección respiratoria. «Se va a volver al trabajo cumpliendo las medidas de prevención y control, con precaución pero con tranquilidad», aseguraba ayer una fuente de la compañía.

Varias multinacionales han decido que sus empleados trabajen desde casa para limitar así el riesgo a un potencial contagio. En Mondragón reconocen que esta acción no se descarta para sus directivos y ejecutivos, pero que no es viable con los ingenieros que tiene que estar en la propia planta junto a los operarios y la maquinaria. Tampoco se descarta que alguno de los empleados que decidió salir del país con el cambio de año chino tarde más tiempo en incorporarse a la espera de la evolución de la epidemia. Las fábricas pueden funcionar a la perfección cuando se reabran el lunes con el personal local, explica una fuente del país asiático.

Desde Orkli, una de las compañías integradas en la cooperativa, dedicada al sector de la calefacción, explican que sus trabajadores vascos que están ahora en el Gran Dragón permanecen dentro de sus casas y salen lo mínimo posible a la calle, tal y como estipulan las autoridades. A los que decidieron pasar el Año Nuevo de viaje les han alargado las vacaciones. Todos ellos tienen que incorporarse el lunes, aunque siempre a la espera de los cambios de última hora que pueda marcar Pekín. «Si el problema con el coronavirus se prolonga en el tiempo los traeremos de vuelta», detalla un portavoz de la compañía.

Ormazabal y el grupo Velatia, por su parte, decidieron hace ya unas jornadas suspender todos los viajes laborales que tuviesen que hacer sus empleados al gigante asiático como medida preventiva. Y dentro de China se ha pedido a sus empleados que no viajen a Wuhan. En esta ciudad y toda la provincia de Hubei las fábricas no reabriarán, al menos, hasta el 14 de febrero. No es la única compañía que ha adoptado esta política. Gestamp «ha cancelado todos los viajes previstos» a este país. La compañía del sector de la automoción detalla que ninguno de los empleados de sus once plantas en China se ha infectado por el coronavirus y detalla además que en Wuhan, donde tiene una planta, «no hay ningún trabajador español».

De esta ciudad fue repatriado hace unos días un trabajador baracaldés de CIE Automotive. Permance en cuarentena en el hospital Gómez Ulla. La compañía vasca asegura que no le queda ningún empleado expatriado en esta planta ni tampoco hay una decisión tomada respecto a cuando volverán. En Ingeteam los empleados de su oficina de Shanghai «permancen en sus casas hasta nueva orden» y la empresa de ingeniería eléctrica también ha cancelado los vueltos a China «hasta que la situación no cambie para mejor».

Incluso las compañías que no tienen plantas propias en el gigante asiático, pero trabajan este país, están tomando medidas preventivas. Es el caso de ITP Aero, fabricante de motores y componentes para aviones. A sus trabajadores les han pedido que eviten los viajes laborales al lugar, pero también que «retrasen todas las visitas de profesionales provenientes de China a centros de ITP Aero».

Lo cierto es que las restricciones de las compañías aéreas para volar a esta potencia económica son cada vez mayores y los testimonios de ejecutivos que habían decidido pasar el Año Nuevo en Tailandia o Filipinas y tienen serias dificultades para regresar a ciudades como Shanghái se acumulan. Las aerolíneas internacionales que anuncian la cancelación de sus rutas a este destino se suceden, mientras que el Gobierno de Pekín insta a las compañías locales a mantener los vuelos internacionales pese a la caída de la demanda de billetes.