La venta de test de antígenos se duplica en diez días

Según fuentes de la patronal farmacéutica de Bizkaia, cada despacho vendió en junio de media 510 pruebas -la mayoría la última semana-, cuando el mes anterior se quedaron en poco más de 250.

La avalancha de ventas de las últimas jornadas ha sido todavía más patente en zonas del centro de Bilbao, que han llegado a triplicar, según sus propias cifras, las ventas de semanas previas. El pico en la demanda de pruebas, apuntan diferentes profesionales, llegó días después de la multitudinaria actuación de Fito&Fitipaldis en San Mamés el 11 de junio, que reunió a más de 45.000 espectadores. En Farmacia Cebreiro lo destacan: «Después de ese concierto notamos mucho más movimiento, sobre todo entre personas de treinta y cincuenta años», desvelan.

No obstante, todas las fuentes consultadas insisten en descartar cualquier peligro de desabastecimiento, como ocurrió en los peores momentos de la pandemia. Todas las empresas distribuidoras disponen del stock necesario «siempre y cuando la gente no empiece a hacer acopio» y opte por almacenar en casa pruebas.

Flavia Eraso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia, considera que «estamos ante una nueva ola» de covid, aunque en esta ocasión la «mayoría de los contagios no se pueden contabilizar» -Osakidetza sólo registra los casos que afectan a mayores de 60 años-. «Así que las cifras son más elevadas de lo que pensamos», advierte. De ahí que tanto su previsión como la de la patronal de las farmacias es que la venta de test «siga al alza» hasta que la curva de contagios comience a descender.

El perfil de los compradores de pruebas de antígenos es muy variado. Desde «personas que planean hacer visitas a familiares de riesgo» a jóvenes con algún positivo en su entorno. «Viene también gente que ha dado positivo y compra varias unidades para poder tener en casa e ir controlando cuándo da negativo», apuntan desde la Farmacia Fontan-Santisteban de Bilbao. Pero los usuarios más habituales siguen siendo los mayores de setenta años, que mantienen el miedo a contagiarse y a desarrollar complicaciones que les lleven al hospital.